domingo, 13 de octubre de 2013

"Mirando demasiado alto, terminaron cayendo muy abajo"

Título: The Bling Ring (Adoro la fama)
Año: 2013
Género: Crimen, Drama
Director: Sofia Coppola
Guión: Sofia Coppola (escrita por), Nancy Jo Sales (basada en su artículo "los sospechosos usaban Louboutines")
Duración: 90min
Reparto: Katie Chang, Israel Broussard, Emma Watson, Claire Julien, Taissa Farmiga, Georgia Rock, Leslie Mann
Produc.: American Zoetrope, NALA Films, Pathé Distribution, StudioCanal, TOBIS Film, Tohokushinsha Film
Presup.: $15 millones aprox.

Encendemos la tele, y el zapping nos lleva hasta un canal, dedicado a la farándula. Deteniéndonos en este, una celebridad siendo fotografiada nos hace preguntarnos: ¿qué se sentirá estar en sus zapatos? 
Los hay quienes, en estos momentos, se encuentran en plena misión espacial, con el Curiosity enviándoles información desde suelo marciano. Mientras tanto, para la mayoría de nosotros la idea de ir a Los Ángeles y saber cómo viven las estrellas, es algo tan lejano como el propio planeta rojo. 
Pero no todos en LA son celebridades, y los hay, de hecho, ciudadanos que nunca han conocido lo que eso se siente. Hubo así, una vez, cinco chicos, que estando por fuera de ese entorno, tanto se obsesionaron con el glamur visto en la revistas, que quisieron acceder a ello de todas formas. Lo que los llevaría a ubicar direcciones de famosos y verificar que no estuvieran en sus casas, para ir a robarles. Este quinteto sería conocido como The Bling Ring
Hacer de esto un filme fue una ocurrencia de Sofía Coppola, inspirada por un artículo de la revista Variety. Este se titulaba “los sospechosos usaban Louboutines” y había sido escrito por la periodista Nancy Jo Sales. Su temática llamaría tanto, la atención de la directora, que en seguida querría hacerse con los derechos. Tal como Coppola luego explicaría, ella pensó que el concepto era fascinante y que decía mucho de la cultural actual, lo cual es indudable. Sin embargo, su enfoque, puesto en imágenes sería tan desacertado que acabaría aburriendo. 
Marc (nombre cambiado para la película) es un tímido adolescente, quien tras incorporarse al liceo Indian Hill conoce a Rebecca, una chica obsesionada con la fama. 
Durante una fiesta en lo de Rebecca, Marc ve asombrado como su amiga encuentra autos destrancados, de los que se hace con dinero y tarjetas de créditos. Después, Marc comete el error de mencionar a un conocido suyo adinerado, que está de viaje, y a cuya casa ellos van de inmediato, para que Rebecca se robe un Porsché. Contando ahora, ilícitamente, con nuevos medios de pago, salen de compras para adquirir las prendas lujosas que siempre han querido de las revistas. Rebecca, muy segura de sí misma, es quien lleva la voz cantante, mientras que Marc, aunque sorprendido, le sigue los pasos. 
Más adelante, este dúo y otras tres chicas (Nicki, Sam y Chloe), ven en una discoteca a Kirsten Dunst y a Paris Hilton, figuras a quienes averiguan las direcciones, además del momento oportuno para robarlas. Con el grupo de infractores, ahora reunido antes nosotros, invadir propiedades ajenas se vuelve aún más emocionante. 
Sin duda alguna, Sofia Coppola refleja el lado más superficial y materialista, de una sociedad que valora demasiado, el interior de una billetera, en comparación con el de una persona. 
Pese a esto, de no ser uno, un apasionado de la moda, o curioso por saber cómo es la casa de un millonario, tener, escena tras escena, a chicos probándose prendas ajenas y chequeando revistas de moda, podría volverse soporífero. De haber incluido, la directora, sus motivaciones para inflingir la ley, su película hubiera tenido mayor sentido. Pero ella se limita a contarnos este aspecto, en torno a Marc, un chico con baja autoestima y recién popular, cuando es arrestado. Acá es en donde entra en juego el lamentable papel de las redes sociales, con un Marc, que en Facebook, se ve tapado de invitaciones de amistad, de cientos de morbosos fans. En cuanto a las derivaciones que traen los delitos, aunque se nos pone al tanto del precio que estos chicos tendrán de pagar, se obvia, casi totalmente, la instancia del juicio. 
Ni siquiera podemos decir que, desde otro plano, Adoro la fama fuese más de intriga, sobre robos complejos y bien planificados (como en el cine de robos bancarios), y que la hiciesen más entretenida. 
Para peor, vemos a Emma Watson dar un paso en falso en su carrera, y quien tras la, más que aceptable saga de Harry Potter, ha pasado a formar parte de este bodrio. 

Mi puntaje: 1/10


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martes, 1 de octubre de 2013

"Para algunos, lo que importa es lo de adentro"

Título: Corazón de León
Año: 2013
Género: Comedia, Drama, Romántica
Director: Marcos Carnevale
Guión: Betiana Blum (idea), Marcos Carnevale (idea y guión)
Duración: 94min
Reparto: Julieta Díaz, Guillermo Francella, Mauricio Dayub, Jorgelina Aruzzi, Nicolás Francella, Nora Cárpena
Product.: Argentina Sono Film Telefé
Presup.: $2 millones aprox.

Muchas veces vemos una película que nos recuerda a alguna otra, y este para mí fue el caso de Corazón de León, de Marcos Carnevale. En ella, Ivana (Julieta Díaz) es una mujer hermosa y de estatura normal, que conoce a León (Guillermo Francella), de un metro treinta y seis, y a quien muy pocos habrían imaginado tal conquista.
Por cierto, que la otra película que recordé fue Amor Ciego (2001), de los hermanos Farrelly, en donde Hal (Jack Black), un tipo superficial, empieza a ver el interior de la gente, tras ser hipnotizado. Los caminos recorridos en cada caso, son ciertamente distintos, aunque se sobre entiende que comparten el mismo mensaje.
La mayor diferencia entre estas dos comedias está en que la de Carnevale sea más seria e inteligente. Tampoco es que pudiéramos pedirle demasiado a los Farrelly, considerando ser los mismos de Tonto y retonto (1994) e Irene, yo y mi otro yo (2000). Y es que, aún, teniendo buenas intenciones, Amor Ciego posee incoherencias, chistes forzados y situaciones inverosímiles, a las que uno hace caso omiso, si ya conoce a sus responsables. 
Por lo demás, en el filme argentino Ivana se enamora de un León, al que nadie más que ella, ve como normal, o merecedor de su tiempo. Similar a lo de Mauricio (Jason Alexander), en Amor Ciego, y quien no puede creer que su amigo esté saliendo con quien, hablando pronto y mal, parece una ballena. Porque de la misma manera en que, según sus allegados, Ivana no debería salir con un enano, ¿cómo se le ha podido ocurrir a Hal, estar con una obesa? 
Continuando por este camino, Corazón de León, a diferencia de Amor Ciego, ahonda, no sólo en la importancia de lo que hay bajo la superficie, sino que profundiza en los puntos de vista de ambas partes. Para León no es poca cosa, haberse conseguido una mujer sin su problema. Sin embargo, una vez que están saliendo, no le gusta nada ser presentado como un amigo. Sucede que a Ivana, esta inesperada relación la ha agarrado por sorpresa y ahora teme a lo que otros piensen de ella. El asunto, así pasa a ser, quién de ellos debería ser el más flexible y darle al otro un mayor espacio para asimilar lo que ambos viven. Es que Ivana no quiere que la miren como a un bicho, mientras que León pretende, no seguir siendo escondido. Para Ivana todo eso es algo muy nuevo, en tanto que para León la discriminación ya es cosa cotidiana.
Carnevale expone los prejuicios de una sociedad, donde los físicamente menos afortunados deben sacar a relucir otros atributos, para contrarrestar aquello faltante y ser tomados en cuenta. 
A León, Carnevale lo hace como alguien maravilloso, en tantos sentidos, que su atractivo va más allá de su aspecto físico. Lo que, en términos más románticos podría definirse como que, lo a que a él le falta en centímetros, le sobra en conducta y personalidad. Por otro lado, a Ivana la muestra estresada y precisada de un apoyo, que al conseguirlo en una pareja, a nadie le parece que sea él, la elección correcta.
Todo esto llevará a un desenlace, en donde ella deba elegir, entre si hace caso a lo que otros dicen, o si se deja guiar por lo que ella quiere.

Mi puntaje: 7/10


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miércoles, 11 de septiembre de 2013

"Para proteger a tu familia, primero razoná con ellos"

Título: The Purge (La noche de la expiación)
Año: 2013
Género: Terror, C. Ficción, Thriller
Director: James DeMonaco
Guión: James DeMonaco
Duración: 85min
Reparto: Ethan Hawke, Lena Headey, Max Burkholder, Adelaide Kane, Edwin Hodge, Rhys Wakefield, Tony Oller
Product.: Blumhouse Productions, Platinum Dunes, Universal International Pictures (UI), Universal Pictures, Why Not Productions
Prespu.: $3 millones aprox.

Corre el año 2022 y la sociedad ha conseguido algo que antes se creía imposible: erradicar, casi completamente, el índice de desempleo y de violencia. En La noche de las bestias al desempleo, en realidad, no se lo explica, en tanto que la violencia es la desencadenante de todo la trama.
James DeMonaco se imagina cómo sería un futuro cercano, en donde el régimen político (la “Nueva Fundación de los padres de América”) tuviera a la población viviendo en paz, con aisladas excepciones. También como parte del mismo se ha implementado la “purga anual”. Evento nocturno, que ocurre una vez al año, para que todo aquel que quiera pueda cometer sus crímenes libremente.
En lo que a mi respecta, debo felicitar al director por tratar de ser original, aunque no me creo que alguien pudiera conformarse con única noche para delinquir.
James Sandin (Ethan Hawke) es, en esta película, un padre de familia que vende sistemas de seguridad. El mismo que él ha colocado y que ahora activa, para proteger a los suyos durante la purga.
Lo que James, sin embargo no sabe, es que entre el insensato razonamiento de su hijo Charlie (Max Burkholder), y las erradas relaciones de su hija Zoe (Adelaide Kane), su noche está por volverse muy caótica.
Empezando por el chico, una vez que se han bloqueado puertas y ventanas, y que la purga ha comenzado, este deshabilita la seguridad para que entre un hombre negro (Edwin Hodge) que pedía ayuda. Basándome en esto, sólo puedo decir que Charlie carece del sentido de la supervivencia, por no considerar el riesgo al que expondría a los suyos. Su padre reactiva el sistema, pero cuando ellos, ya no están más solos.
Si lo que DeMonaco quería, era meter en aprietos a los Sandin, la acción de buena fe de Charlie no era la respuesta. Mejor hubiera inventado una falla eléctrica, que diera al desconocido la chance de entrar por sus propios medios.
Para sumar más problemas, Zoe tiene un novio (Tony Oller) que se va por la ventana cuando oyen llegar a James, pero para luego reaparecer, armado y vengativo, con el padre de su novia en mente. Si sólo contase con la misma puntería que su objetivo, acaso hubiera corrido con mejor suerte.
Hasta acá, lo que tenemos es a un James con hijos complicados, y a quien aún, le espera una última sorpresa.
Con la seguridad en funcionamiento, un muerto, una adolescente alterada y un visitante, aparece entonces un grupo de enmascarados, delante de la casa. Peligrosamente equipados, estos expresan sus intenciones por intermedio de su líder, (Rhys Wakefield) quien habla desde una cámara de vigilancia. Concede a los Sandin un plazo de dos horas para que su hombre les sea entregado. Cumplido el plazo, si nada ha ocurrido, ellos se verán obligados a matarlos.
James es ahora consciente de que aquello se le ha ido de las manos. No obstante, también tiene presente que aún puede remediarlo.
Sin embargo, la lógica en los personajes de DeMonaco parece salida de un mundo al revés, cuando Charlie le muestra al intruso en dónde ocultarse de sus propios padres. O el chico tiene dificultades de entendimiento, o aún no se ha dado cuenta de que la cosa es así: o muere él o mueren todos.
Cuando los Sandin finalmente atrapan al desconocido y lo atan a una silla, aquí queda claro que Mary Sandin (Lena Headey) no es mucho más capaz que su propio hijo. ¿Por qué, sino, habría de pronto, de decidir no obedecer a los de afuera? ¿Que, no es humano hacer eso?, piensa ella. Pero, ¿y qué hay de la seguridad de su familia? Mujer de pocas luces, esta Mary, diría yo.
Definitivamente, DeMonaco se vale de personajes pocos lúcidos, para llevar adelante el argumento. Y, ¿en qué podría acabar, tanta estupidez? En que el grupo irrumpa en la casa, por un, no tan sólido, sistema de seguridad. Llega entonces el enfrentamiento, con golpes, destrozos y enmascarados muertos, antes de que arriben los vecinos, también a aprovecharse de la purga.
La noche de las bestias acaba siendo sobre una familia de tan mentalmente escasos, que no sorprende nada de lo que les pasa.

Mi puntaje: 3/10


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lunes, 22 de julio de 2013

"Misma historia. Distinto agresor"

Título: También la lluvia
Año: 2010
Género: Drama, Histórico
Director: Icíar Bollaín
Guión: Paul Laverty
Duración: 103min
Reparto: Luis Tosar, Gael García Bernal, Juan Carlos Aduviri, Karra Elejalde, Raúl Arévalo, Carlos Santos, Cassandra Ciangherotti, Milena Soliz, Daniel Currás, Vicente Romero
Produc.: AXN, Alebrije Cine y Video, Canal+ España, Canal+, Consellería de Cultura e Turismo, Eurimages, Haut et Court, Instituto de Crédito Oficial (ICO), Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Londra Films P&D, Mandarin Films, Morena Films, Natixis Coficiné, También la lluvia, Televisión Española (TVE), Vaca Films
Presup.: €5 millones aprox. 

En También la lluvia, Costa (Luis Tosar) y Sebastián (Gael García Bernal) son un productor y un director, que llevan el rodaje de un filme histórico a la caótica ciudad de Cochabamba.
Costa y Sebastián, a punto de iniciar un proceso de casting, se encuentran con que la concurrencia ha sido exagerada. Costa entonces sugiere al director que haga allí mismo una preselección y quienes no sean elegidos serán devueltos a sus hogares. Sebastián va así descartando candidatos, hasta que se topa con Daniel (Juan Carlos Aduviri), un individuo que le reclama su derecho y el de todos los presentes, a ser vistos, como está puesto en la hoja del llamado. Sebastián, muy a pesar de lo que opina el productor, decide seguir el plan original.
Ya en la escena siguiente, productor y director ven el video de Daniel, ese pequeño pero explosivo sujeto que gusta a Sebastián, aunque no, a Costa, quien prevé problemas. Costa, no obstante, no logra disuadirlo de que no lo escoja como Hatuey, el jefe taíno.
La película, desde acá, maneja un interesante paralelismo, entre la situación aborigen, durante la conquista, y la de los actuales pobladores de Cochabamba. A fines del siglo XV los habitantes del nuevo continente habían sido violentados por su oro, y hoy (año 2000) sucede lo mismo en esta ciudad, aunque en menor escala, con la “Guerra del Agua”. Las circunstancias ahora han sustituido a los colonos por una multinacional extranjera, además de que no sea por el oro, sino por la privatización de algo más importante. Al paralelismo entonces lo comprende la similitud de escenarios, en donde una raza es siempre agredida, cambiando sólo el recurso disputado.
Colón, en su momento, había desembarcado para actuar a placer, sin ningún respeto por los sometidos, y hoy aquí, ocurre algo parecido. El propio Costa en un descuido y subestimando a Daniel, cuenta en inglés, a un inversor, sobre las miseria que se les paga, como resaltando de esta gente, su ignorancia. Costa desconoce que Daniel, a quien tiene cerca, entiende el idioma, si bien, Igual, ya habrá ocasión para disculparse.
En materia de denuncias sociales nadie se salva. Acá no existe tratar ciertos aspectos y dejar otros por fuera. Tomando una visita de los cabezas del equipo, al presidente de Bolivia, escuchamos una de las mejores conversaciones de la película. Lo que, con este intercambio, más que evidenciarse, se nos recalca, es que, por más que estos realizadores quieran creer que no hay nada malo en su obrar, haciendo su arte y contando su cuento, en realidad ellos tampoco son angelitos. Costa, hablando escenas antes con el inversor, es una referencia perfecta. Que sería lo mismo que apuntar a que allí se le puede sacar provecho a esa gente, sin demasiadas complicaciones. Por suerte, aún oyendo sus palabras, ya veremos luego su lado más sincero y bondadoso, ayudando a la hija de Daniel, en un final conmovedor y dramático.
Algo completamente distinto es lo que ocurre con su anfitrión. Este político, corrupto y racista, no piensa ceder ante unos manifestantes, según él, incapaces de razonar, entre otras cosas, por ser analfabetos, como si eso sirviese de excusa.
Pero más allá de las denuncias, este es un largo del tipo “cine dentro del cine”. Una película que nos muestra cómo es que se crea, justamente, una película. En donde el actor ha de ensayar sus líneas y en donde el tiempo y el plan de rodaje son tan valiosos como el oro para los españoles, o como el agua para los bolivianos. O en donde la falta de comunicación puede resultar en actrices disgustadas, como aquí sucede, y por consiguiente, en escenas inacabadas.
Por todo esto También la lluvia debería interesar a realizadores y a quienes se preparan para serlo, por su abarque del detrás de cámaras, y en donde nunca, nada es soplar y hacer botellas.
Asimismo, creo que es una buena opción para conocer otro capítulo de la historia, si a uno le van los hechos de la conquista.

Mi puntaje: 7/10


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jueves, 11 de julio de 2013

"En esta terapia no sólo se habla..."

Título: The Sessions (Las Sesiones)
Año: 2012
Género: Comedia, Drama, Romántica
Director: Ben Lewis
Guión: Ben Lewis (escrito por), Mark O`Brien (basada en su artículo: "On Seeing a Sex Surrogate")
Duración: 95min
Reparto: John Hawkes, Helen Hunt, William H. Macy, Moon Bloodgood, Annika Marks, Robin Weigert
Produc.: Fox Searchlight Pictures, Such Much Films, Rhino Films
Presup:: $1 millón apróx.

En Las Sesiones, Mark (John Hawkes) es un tetrapléjico, enfermo de polio, que decide contratar los servicios de una sustituta sexual para dejar de ser virgen.
Ben Lewis escribió y dirigió esta adaptación del ensayo “On Seeing a Sex Surrogate”, del propio Mark O`Brien, al sentirse cautivado por la experiencia descrita, luego de que él mismo hubiera sobrevivido a la misma enfermedad.
Cuando de niño contrajo polio, la expectativa de vida que le dieron fue de muy pocos meses. 38 años más tarde Mark ya había, sin embargo, vencido ese pronóstico. 
Mark O´Brien, descrito en el filme como simpático y optimista, se las había ingeniado para ser poeta y periodista, aún estando paralizado del cuello hacia abajo. A diferencia de lo que muchos pudieran pensar, incluso dependiendo de cuidados constantes y de un pulmón artificial, él no era de la idea de auto eliminarse. 
Un día en que él y Amanda (Annika Marks), su nueva cuidadora, iban juntos a una tienda, allí mismo le pidió matrimonio, propuesta que ella rechazó. Aunque se atreviera a preguntar, él ya sabía que nadie tomaba a tetrapléjicos como pareja, y que, de la misma manera, tampoco se acostarían con uno. Consciente de esto, de su estado y de que sus días, probablemente estuvieran contados, Mark pensó en que al menos le gustaría perder su virginidad. Enterado ahora de la existencia de sustitutas sexuales, lo que le restaba resolver era el tema moral. 
Nacido en una familia católica, Mark creía en la palabra del Señor, según la cual tener relaciones previo al altar era pecado. Pese a todo, dado su estado, él no veía que alguien pudiera quererlo como marido. Entonces, si quería hacerlo tendría primero que hablarlo con alguien idóneo en la materia. Él así conocería al Padre Brendan (William H. Macy).
Como bien señala la película, Mark había sabido tener una actitud y un sentido del humor, quizás, no muy esperable, de alguien dependiente de un pulmón de acero. Un hombre a quien la propia Amanda llegara a revelarle, cuánto ella lo quería y cuánto él, la hacía reír, porque esos eran los sentimientos que él despertaba en la gente. O también, capaz de enamorar a Susan (Robin Weigert), una voluntaria de un hospital, cuando creía que, desde su posición, no era un posible candidato. 
Tal como lo indica el título vemos las sesiones que mantienen Mark y su terapeuta Cheryl (Helen Hunt), razón por la que hay, sí, un mínimo de erotismo, aunque, más sugerido, que otra cosa. En realidad, a diferencia del cine verdaderamente erótico o pornográfico, acá el director no busca más que enseñarnos la perspectiva del discapacitado. 
Empero, el director tampoco deja pasar la oportunidad de criticar sutilmente a la iglesia. ¿Así que el sexo prematrimonial es pecado?, nos dice Lewis. Muy bien, pero, ¿qué pasa con aquellos que, por razones de fuerza mayor, nunca van a poder casarse? ¿Les negará Dios, entonces, la posibilidad de tener relaciones? 
Si bien, se trata de un drama, cada vez que Mark habla con alguno de sus co-protagonistas, puede notarse cierto tono de comedia. Uno los mejores ejemplos es cuando Mark pide a Brendan el visto bueno sobre recurrir a una sustituta. Creo que es inevitable ver como gracioso a ese Brendan que, indeciso, hace una pausa, mira a la cruz de la parroquia y luego le responder que, a él Dios va a tener que concederle un pase libre. 
Luego, cuando Mark se inicia en su actividad sexual semanal, cada cita con Cheryl pasa a convertirse en un nuevo cuento y con lujos de detalles, que narrarle a Brendan, y resulta divertido oírlo hablar de sus momentos más íntimos.
Ben Lewis claramente pretende separar a la religión del sexo, con un Mark deseoso de acostarse con una mujer y cuyas ganas de hacerlo nada tienen que ver con divinidad alguna. Creencias o no creencias de por medio, lo que él quiere es disfrutar de un goce único, que sólo puede hacerse de a dos personas. Sería triste pensar que, la única manera de acceder a ello, sin ofender a ese de arriba y no estando casados, sería el ser, tal como Mark, un caso complicado.

Mi puntaje: 7/10


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martes, 7 de mayo de 2013

"La familia es siempre lo primero"

Título: Texas Chainsaw Massacre (La Masacre de Texas 3D)
Año: 2013
Género: Terror, Thriller
Director: John Luessenhop
Guión: Adam Marcus, debra Sullivan y Kristen Elms (escrita por), Stephen Susco, Adam Marcus y Debra Sullivan (historia)
Duración: 92min
Reparto: Alexandra Daddario, Dan Yeager, Trey Songz, Scott Eastwood, Tania Raymonde, Keram Malicki-Sánchez, Shaun Sipos, James MacDonald, Thom Barry, Paul Rae, David Born
Produc.: Leatherface Productions, Lionsgate, Mainline Pictures, Millennium Films, Nu Image Films, Twisted Chainsaw Pictures
Presup.: $20 millones apróx.

En La Matanza de Texas 3D, Heather (Alexandra Daddario) es una joven que viaja con sus amigos para recibir una herencia. Lo que le permitirá conocer su pasado, mientras se enfrenta a un enmascarado con una moto sierra. 
Mucho antes de que el mundo del entretenimiento nos deleitara con El juego del miedo (2004), Hostal (2005), o Destino Final (2000), el profanador de tumbas Ed Gein ya había inspirado a un Tobe Hooper, que en su Austin natal dirigía un filme truculento, sobre caníbales. 
La masacre de Texas se convertiría en un ejemplo temprano, de cómo un viaje en combi podía salir de mala manera. Sus escenas de descuartizamiento, más la figura de Leatherface (Cara de Cuero), causarían sensación.
Tras muy buenos resultados, los come hombres verían la luz otras cinco veces. En todas, por otra parte, manteniéndose el concepto de los chicos que, por un motivo u otro, eran capturados por estos dementes. 
En cuanto a opiniones, ninguna de las continuaciones obtendría el recibimiento de la original, al punto de que, por ejemplo, la La matanza de Texas 4 (1994) sería destrozada. 
Respecto a mi, mentiría si dijese que no disfruté de todas ellas y que ninguna me pareció, como a otros, un desperdicio. Sólo ahora, con la más reciente, es que su argumento no ha sido de mi agrado. 
A siete años de su última aparición, seguir sacándole provecho a Cara de Cuero llevaría a cambiar las reglas del juego. Los hechos ahora pasarían al nuevo siglo, se haría uso de la tercera dimensión, y por primera vez habría un vínculo sanguíneo entre el asesino y una de las víctimas, y que pretendo abordar aquí. Del 3D, por otro lado, no voy hablar, por haber visto la película en su formato hogareño y sin esta posibilidad. 
Imágenes de archivo, del éxito setentero, son las que abren este capítulo, para explicarnos el porqué de lo que sigue.
Un grupo de tejanos furiosos abre fuego contra los Sawyer, para luego quemarlos vivos en un incendio. Estando bien atento uno debería notar que esto no pertenece a lo rodado por Hooper, si no que a un material mucho más reciente. 
Concluido el ataque y con el lugar en cenizas, Gavin Miller (David Born) es quien da con la Sawyer más pequeña. Una beba a la que toma de brazos de una madre moribunda, para quedársela y criarla con su esposa.
Tiempo más tarde Heather se halla con su novio Ryan (Trey Songz), cuando suena el timbre. Poco después, ella discute con sus padres, cuando se entera de que es adoptada. Esto, tras ponerse al tanto de que una abuela, de cuya existencia ni siquiera sabía, acaba de morir y de dejarle una herencia. De esta manera, de su pasado hay cosas no sabe, y quizás yendo con su novio y sus amigos, a ver la casa, lo descubra.
Por haber perdurado, con sus entregas, casi cuatro décadas, se entiende que los nuevos guionistas quisieran traer algo distinto. Sin embargo, tanto en los detalles pequeños como en lo global, la imagen que nos terminan dando es la de escritores muy poco serios. Si no, ¿cómo se justifican que una chica dejase, en su nueva casa y por las suyas, a un completo extraño? O que, recorriendo el lugar hallara a su abuela muerta en un sillón. ¿Acaso pudieron contactarla, pero no, enterrar a la anciana, teniendo un cementerio privado?
A diferencia de en las otras entregas, el espacio dedicado a las muertes de los jóvenes es muy pequeño, evidenciando que el papel de estos es secundario. 
Burt Hartman (presente, el día del incendio) descubre que aparte de la abuela, aún también vive Cara de Cuero, que sobrevivió. 
Lo que sigue comprende un spoiler importante, que tal vez muchos prefieran no leer. 
Hartman y el alguacil Hooper (Thom Barry) discuten en una oficina, mientras que en otra habitación de la jefatura Heather investiga datos archivados. Allí ella descubre a su verdadera familia y lo qué les ocurrió. Sucede que ese muchacho enmascaro, es en realidad su primo, y de un momento a otro entiende que ha vivido en un engaño. 
Heather, de cualquier manera, no podría haber previsto que Hartman fuese a proyectar sobre ella ese odio sentido hacia su familia, como para querer matarla. Para su psicótico propósito (que incluye a ambos primos), es su hijo Carl (Scott Eastwood), el comisario, quien lo ayuda. 
En un retorcido final, en donde los roles de bueno y de malo se intercambian, Heather y Cara de Cuero terminan protegiéndose mutuamente, de un Hartman sin escrúpulos. 
Luego, una vez en la casa, ambos procuran respetarse sus espacios. Es como si Heather se hubiera olvidado de los asesinatos por él cometidos, y en cambio prefiera, de aquí en adelante, dejar en paz a su pariente.
Todo lo que, alguna vez, había significado La masacre de Texas, se pierde en una película que se olvida de la esencia de esta saga, para convertirse en una historia de venganza, y de sentimientos de comprensión y pertenencia, por parte de un personaje horrendamente construido. De lo contrario, jamás hubiera debido terminar con ese plano, en donde ambos parecen llegar a un acuerdo de convivencia.

Mi puntaje: 2/10


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lunes, 8 de abril de 2013

"Terror estadounidense, con materia prima uruguaya"

Título: Evil Dead (Posesión Infernal)
Año: 2013
Género: Terror
Director: Fede Álvarez
Guión: Fede Álvarez, Diablo Cody y Rodo Sayagues (escrita por), Sam Raimi (guión de 1981)
Duración: 91min
Reparto: Jane Levy, Shiloh Fernandez, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas, Elizabeth Blackmore, Phoenix Connolly
Produc.: FilmDistrict, Ghost House Pictures, TriStar Pictures
Presup.: $14 millones apróx.

En Posesión Infernal, cinco amigos que llegan a una cabaña para intervenir a una joven drogadicta, terminan siendo víctimas de un demonio con planes macabros. 
1981 fue para Sam Raimi, un año muy bueno. Tras haber hecho varios cortos con amigos, había formado Reinassance Pictures junto a Bruce Campbell y Robert Tapert, con quienes haría un largometraje basado en su corto Within the Woods (1978). Sin mucho dinero, pero con creatividad, lanzarían lo que sería un éxito, tanto de público como de crítica, y luego esa historia se alargaría en otras dos entregas. Posesión Infernal se convertiría así, en un filme de culto. 
Tiempo más tarde, con la ola de remakes nacía el rumor de una nueva versión. Mala noticia para los fans, quienes reclamaban que su película no fuera tocada. 
Y acá es en donde yo me meto, para aprovechar mi “no fanatismo” y describirla por lo que realmente fue. De hecho, muy lejos, de un “producto inmejorable”, aunque sí, muy bien concebida, para la época y el poco dinero. El propio Raimi llegaría a decir, cuánto le gustaría ver rehacer el clásico con las nuevas herramientas. 
Cambiando a suelo uruguayo, nadie se hubiera imaginado que, tras Drexler, otro compatriota volviera a llamar la atención de los norteamericanos. Esta vez, no, para ser galardonado, sino para algo mucho mejor: sorprender en Hollywood, con un video clip, conseguir un contrato millonario y la chance de dirigir un remake que causaba controversia.
Pero Álvarez no solo tendría la oportunidad de su vida. Según sus declaraciones, el ahora director del Hombre Araña (2002) había depositado en él, su confianza, también como guionista, junto a dos colaboradores.
Culminada la producción, llegaría entonces a la salas, con muy buena recepción del público en general. 
Por mi parte, técnicamente hablando diría que esta versión supera a su antecesora, aunque, por lo demás, me desilusionó.
A diferencia de la original, ahora hay un argumento que es más sólido. Ya no se trata de ir a una cabaña a divertirse, sino que hay un motivo mucho más serio: salvar a Mia (Jane Levy) de las drogas. Para lo cual, su hermano y sus amigos la obligan a deshacerse de sus pastillas, tras lo que Mia empieza a sufrir del síndrome de abstinencia. 
En seguida, hallan en el sótano un libro antiguo. Entonces Eric (Lou Taylor Pucci) se pone a leerlo, en un idioma que le es ajeno y sin quererlo invoca a un demonio de muy mal carácter. En un momento de desesperación Mia se escapa en el auto, tiene un accidente y es poseída, dando inicio a la pesadilla. 
Como ya dije antes, esta remake es un lujo de efectos, pero que no la salvan de quedarse estancada en eso. Con correctas interpretaciones, lo que tenemos es un festín de gritos, muertes y amputaciones, para los amantes del morbo, y en donde, uno a uno, los muchachos van cayendo, pero sin que haya, nada más, que sea llamativo. 
Álvarez, que juega con personajes, que al principio no distinguen entre demonio y chica alterada, deja en evidencia que no tiene muchas más sorpresas. La cinta es fiel al cometido de asquear, pero peca por ser cuadrada en todo lo demás. Así es como a mí se me hizo imposible no pensar: “esto, yo ya lo vi antes.”. Creo que con más suspenso y mostrando menos, hubiera sido más efectivo al momento de conseguir lo que conmigo no pudo: asustarme. 
Al, su guión, no sobresalir, con respecto al terror convencional, la película entretiene, pero como lo han hecho tantas otras. 
Mucho me ilusioné con las primeras repercusiones, en tanto ahora me pregunto si un director de allá no hubiera hecho lo mismo y con la misma calidad. 
Pese a todo lo anterior, y por tratarse de un un realizador, nacido en mi país, le deseo todo el éxito del mundo.

Mi puntaje: 6/10


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martes, 26 de marzo de 2013

"Él, amaba a su familia. Ella, a su divinidad"

Título: Prayers for Bobby (Plegarias por Bobby)
Año: 2009
Género: Drama, Biográfica
Director: Russell Mulcahy
Guión: Katie Ford (adaptación para televisión), Leroy Aarons (libro)
Duración: 90min
Reparto: Sigourney Weaver, Henry Czenry, Ryan Kelley, Austin Nichols, Carly Schroeder, Shannon Eagen, Scott Bailey, Dan Butler, Susan Ruttan
Produc.: Daniel Sladek Entertainment, Once Upon a Time Films, Permut Presentations

Inspirada en hechos reales, Plegarias por Bobby cuenta como Mary Griffith (Sigourney Weaver), una fundamentalista religiosa que se niega a aceptar a su hijo homosexual, acaba conduciendo al joven Bobby (Ryan Kelley) al suicidio. 
Vi este drama hace mucho, cuan aún no tenía el blog, y aprovechando que ahora cuento con la cinta en mi videoteca, se me ocurrió verla de nuevo para refrescarme la memoria y así comentarla. 
Plegarias por Bobby arranca de lleno, con el momento más dramático de la película. Bobby, a sus 20 años y con tanto por delante, decide que vivir ya no vale la pena, si por ser homosexual no merece ser aceptado, ni por Dios ni por su madre. Bobby se arroja desde un puente, para ser atropellado y morir en el acto. 
El inesperado acontecimiento, obviamente impacta fuertemente en quienes lo querían, aunque no, en todos por igual. Precisamente, como su madre tiene dificultades para separar a este suceso de su creer religioso, no es capaz de lidiar con el temor de que Bobby no fuese aceptado en el cielo. 
La película no trata solamente del conflicto entre una madre y su hijo, sino que es el punto de partida para que Russell Mulcahy denuncie el problema social de la discriminación. 
Por si acaso, creo importante aclarar que yo no me opongo a la libertad de creencia, ya que creer es una elección como cualquier otra. No obstante, sí considero que, con o sin divinidades, es indispensable que uno pueda ser capaz de razonar por sí mismo, que es exactamente lo que Mary no hace. 
Tan devota es Mary que se deja guiar, en todo sentido, por su fe. Se la pasa recitando pasajes bíblicos y mide a la gente, juzgándola según su dogma. De pronto el menor de sus hijos resulta ser gay, lo cual contradice a todo lo que, para ella, es bueno y puro, y por ende es pecado, con lo que Mary siente que Bobby se ha alejado del buen camino. Su fanatismo religioso le impide tratar de entenderlo y respetarlo por lo que es, y actúa como alguien que quiere sólo lo que cree estar bien, a ojos de Dios. 
Por otro lado, revelado su secreto, Bobby Griffith halla todo, menos apoyo. En lugar de comprensión, se encuentra con una madre para quien su homosexualidad es algo inconcebible y un horror. Una falta inaceptable al plan divino, que ha de ser borrada, y nunca, aceptada. Tampoco su padre es de gran ayuda, por su escasa facilidad para comunicarse y por ser incapaz de detener a una mujer, que está resolviendo el asunto de mal modo. Es sólo recién, meses después de la muerte de Bobby, que Mary encuentra respuestas, pero cuando ya, la situación es irreversible. 
Russell Mulcahy critica acá a la iglesia, pero con propiedad, tomándose siempre el trabajo de enseñarnos sus matices. Busca además que sepamos que, pese a sus defectos, el catolicismo también tiene valores.
Mary, por ejemplo, va a Portland, en donde conoce al reverendo Whitsell (Dan Butler), quien le habla de no tomarse tan literalmente, lo dicho en la Biblia. Whitsell le explica que sus posibles interpretaciones pueden variar según la época, los grupos sociales y según cada uno, aunque lo más importante es que le da a entender que para Dios, una madre debe amar a sus hijos sin condicionantes. 
Pese a esto, también hay un lado, en extremo negativo. En la misa celebrada en honor a Bobby escuchamos hablar al reverendo Owens, quien realmente, deja mucho que desear. Lo increíble es que este hombre tenga el coraje para decir que el chico había sido tentado, para luego pecar, cuando la única pecadora había sido su madre, por no apoyarlo. Nadie, cuando Bobby vivía, se había molestado en preguntarle si él había elegido su orientación, mientras que, del mismo modo ahora se lo acusa, tan fácilmente, de ser impuro. Su muerte es, por supuesto, una pérdida espantosa. Pero Bobby murió siendo un pecador: por un lado por ser gay, y por otro lado, por auto eliminarse. 
Igualmente, Plegarias por Bobby apunta, más que nada, a poner en evidencia los defectos del catolicismo, siendo la discriminación a los homosexuales, sólo uno de los tópicos importantes. 
Mary, en su fanatismo, es incapaz de razonar, y ha elegido entender, al pie de la letra, los textos bíblicos, sin importar sus consecuencias. Y una cosa, en términos religiosos es transmitir ciertos valores y formar mentes pensantes, mientras que otra, muy distinta, es moldear fundamentalistas, que ni siquiera se cuestionasen sus enseñanzas. 
Al final, creo que, sin importar a qué religión uno respondiera, nuestras creencias religiosas jamás tendrían que superponerse a la aceptación de nuestros seres queridos.

Mi puntaje: 8/10


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viernes, 1 de marzo de 2013

"Un cambio de look, insalubre"

Título: La Moustache (El Bigote)
Año: 2005
Género: Drama, Misterio
Director: Emmanuel Carrère
Guión: Jèrôme Beaujour, Emmanuel Carrère (novela), Emmanuel Carrère (guión)
Duración: 87min
Reparto: Vincent Lindon, Emmanuelle Devos, Mathieu Amalric, Macha Polikarpova, Hippolyte Girardot, Cylia Malki, Fantine Camus
Produc.: Les Films de Tournelles, Pathé Renn Productions, France 3 Cinéma, Centre National de la Cinématographie (CNC), Cofimage 16, Uni Etoile 2, Région lle-de-France, Procirep, Canal+, Fondation GAN pour le Cinéma, TPS Star

En El Bigote, sentado en la bañera Marc (Vincent Lindon) pregunta a su esposa (Emmanuelle Devos) qué le parecería si se afeitara un bigote, que lleva usando desde hace mucho. 
Emmanuel Carrère, director de esta película, nos deja clara su intención de no extenderse en largas presentaciones y va derecho al grano. De modo que escuchamos en seguida la voz de Marc quien, desde la bañera consulta a su esposa sobre un posible cambio de look. Agnès, por su parte, le responde vagamente, no dándole un sí o un no, y yéndose a hacer mandados. Entonces, Marc decide hacer la prueba.
Agnès regresa, más tarde, para que su esposo se divierta en silencio. Al calzarse evita que Agnès vea el cambio, y tras ella ducharse, Marc sostiene la toalla en alto, quedando parte de su cara, escondida. Ambos se detienen frente al espejo, en donde Marc aguarda a ver el gesto de su esposa, cuando ella note lo que se ha hecho, pero eso no pasa. Ni tampoco le dice nada en el ascensor o en el auto, cuando esa noche van a la casa de sus amigos, Serge (Mathieu Amalric) y Nadia (Macha Polikarpova), quienes tampoco le dicen nada. 
Lo peor, sin embargo, aún está por venir. Porque Marc larga a su esposa la bronca que ha ido acumulando, hasta que, en la cama, Agnès se ve obligada a llamar a sus amigos. A altas horas de la madrugada recibe de ellos la confirmación de que, desde hace quince años, Marc nunca ha tenido bigote. 
Pero la seguidilla de situaciones irreales no termina allí. Los compañeros de trabajo de Marc tampoco notan su afeitada, aunque sí se dan cuenta cuando vuelve a fumar. Como si la locura sólo girara en torno a su bello facial. 
Marc se hace nuevas fotos y pide a una desconocida que les eche un vistazo, junto a la de su cédula. La chica acierta, en seguida, en señalar lo que ve distinto, con lo que ahora Marc comprende aún menos, lo que le pasa. 
Siguiendo con esto, qué mejor que buscar sus fotos del viaje a Bali, como evidencia de su cordura. Al ver el álbum, lo alivia poder confirmar su sensatez. No obstante, al momento de enseñárselo a Agnès, ella le hace muy poco caso, y yo quisiera saber porqué, pero realmente, ¿POR QUÉ?, él no le insiste. Si esta ha sido la manera de mantenernos el misterio, lamento decirlo, pero no ha sido buena. Porque permitirle ver a Agnès esa evidencia, era algo tan obvio, que lo contrario le quita sentido. 
Así y todo, el dilema del bigote llega a ser uno entre varios. Tras oír un mensaje de su padre en la contestadora, Agnès le dice que eso no es posible porque su padre está muerto. Marc también le menciona a Serge y Nadia, para que Agnès le asegure no conocerlos. Marc llega al punto de llamar a casa de sus padres para, que, de hecho, la línea figure fuera de servicio. A estas alturas, él parece estar viviendo un episodio de la Dimensión Desconocida
Desesperado y sintiendo que ha perdido noción de la realidad, Marc se escapa del apartamento antes de que Agnès consiga internarlo, y llega en taxis al aeropuerto, para marcharse, sin equipaje, hacia Hong Kong.
Marc llega a terreno hongkonés para hacer de esta ciudad su terapeuta, y buscando olvidar tanto sinsentido. Se instala en un hotel e inicia una nueva rutina, que Carrère nos describe, por varios minutos, hasta cansarnos. A dejado inconcluso su “largo episodio fantástico”, onda Rod Serling, para que uno se pregunte, ¿en dónde quedó lo que estábamos viendo? 
Con China sustituta de Francia, todo el misterio del bigote, del padre de Marc y de sus amigos es echo a un costado, quedando en una especie de stand by desconcertante. El Bigote sufre un cambio de rumbo que nos deja esperando por un hecho revelador inexistente, cuando, como mucho, Marc vuelve a dejarse el bigote y la barba. 
Observándolo en sus días de turistas me dieron ganas de acelerar las escenas. Hasta que un día él llega al hotel, para hallar a su esposa leyendo acostada, como si nada. Como si él se hubiera marchado en buenos términos. 
De noche se encuentran con una pareja, a la que conocieron, supuestamente, en ese viaje. Con ellos ven fotos de los cuatro en una cámara digital, y en cuyas instantáneas Marc advierte, como indiscutible, la presencia de su problemático bigote. Sin embargo él está convencido de nunca haber conocido a esa gente, previo a esa salida, y ni que hablar de que en su memoria no hay registros de esas fotos en las que sonríe.
Carrère, así, nos sigue sumando misterios, con respecto a lo vivido o no vivido por Marc, estando casado. No haciendo intento alguno por aclararnos nada y, sin tampoco darnos pistas, su película acaba parecida a como empieza, permitiendo que interpretemos como queramos. Y al contrario, creo que la idea del bigote daba para más que un cierre tan impreciso y para trabajársela más a fondo. Recuérdese sino, finales abiertos, pero bien elaborados, como en Contacto (1997) o La Separación (2011), en donde al menos uno sabía con que posibilidades manejarse y no era un sencillo e indistinto “vale todo”. 

Mi puntaje: 2/10


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jueves, 14 de febrero de 2013

"Un camión, dos destinos, tres pasajeros"

Título: Las Acacias
Año: 2011
Género: Drama
Director: Pablo Giorgelli
Guión: Pablo Giorgelli, Salvador Roselli
Duración: 82min
Reparto: Germán de Silva, Hebe Duarte, Nayra Calle Mamani, Mónica Coca, Lili López
Produc.: AireCine, Utópica Cine, Proyecto Experience, Armonika Entertainment, Hibou Producciones, Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Instituto de Crédito Oficial (ICO), Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Tarea Fina, Televisión Española (TVE), Travesia Productions

En Las Acacias, Rubén (Germán de Silva) es un camionero que recibe el encargo de llevar a una desconocida (Hebe Duarte), desde Asunción hasta Buenos Aires, en un viaje de unos 1500 Km. 
Hace algún tiempo, y tras haberla oído mencionar en varias ocasiones, un amigo me convenció de que, a modo de ejercicio viera Whisky 2004, película uruguaya. Tratándose del cine nacional, yo hasta el momento había conocido sólo algunos títulos, por culpa del prejuicio. Algo que no expongo como “la” revelación, ni mucho menos. Sólo para dejar las cosas claras. 
Al igual que mucha gente, también he tendido siempre a inclinarme por la gran industria, por sobre lo local u otros tipos de cinematografía, algo en lo que, para bien o para mal, no me voy a explayar. Así que, a la hora de ver lo hecho por mis compatriotas, no he sido nunca tan abierto como desearía y lo reconozco. 
Pero, ¿a qué viene todo esto? A que creo que es triste que una persona tenga que enfrentarse a una película, no, como actividad recreativa, sino para poder decir después, que sí hizo el esfuerzo de verla. Que se sacrificó. Si partimos de la base de que, con el mundo audiovisual, en general buscamos entretenernos, que la experiencia resultase tortuosa no tendría ningún sentido, algo que muchos temen que suceda con lo sudamericano o lo europeo. 
Personalmente, Las Acacias no había llamado mi atención, hasta que, hace poco, otro amigo, tras verla me dijo, bueno… No voy a decir que recuerde sus exactas palabras, pero más o menos le había parecido una “linda peliculita minimalista, sobre un hombre llevando a un mujer a Buenos Aires”. Fin. 
Aún no muy convencido, decidí (aunque me costó) darle una oportunidad, y eh aquí, mi veredicto. 
Las posibilidades temáticas a rodarse son tan abarcativas como la variedad en sus escenarios. Además, y aunque parezca mentira, mientras que un director podría ubicarnos en un buque, otros podrían elegir un espacio algo más pequeño, como ser la cabina del camión, del filme de Pablo Giorgelli. Ahí es en donde vemos darse la relación entre Rubén y Jacinta, y de los límites de ese espacio, mucho, no se sale. ¿Es eso, bueno o malo? Del talento del director, creo yo, que eso depende. 
Ahora… Cuando digo que de allí dentro “mucho no se sale”, no lo hago de manera despectiva. Habrá a quienes guste ver extensas batallas, como también los habrá partidarios de algo más sencillo, como “historias mínimas”, que es este caso. ¿Quién dijo que un camionero y su pasajera no podrían ser interesantes? Es tanto igual de válido que el barco o que la guerra. 
Con todo, diría que a ningún director lúcido debería bastarle con tener a sus personajes en pleno viaje, no haciendo nada. Porque, haber… Todo lindo, con el minimalismo. Pero para ver a un tipo manejando y a su pasajera quieta, y quedarnos con eso, nos filmábamos a nosotros mismos y nos veíamos después. Quiero decir que, si quisiéramos hacer una película, mejor tener algo que contar y que realmente valiera la pena (ya fuera con acciones, diálogos, o lo que fuera), pero en definitiva, algo digno de verse. 
Lo que ocurre con Las Acacias es que Giorgelli lleva el minimalismo a sus extremos. Con escenas en donde la imagen se ve bastante limitada al plano contraplano, para que los veamos, a él, al volante, y a ella, mirando el camino, mientras cuida de su beba, Anahí (Nayra Calle Mamani).. 
En otro momento Rubén juega con la niña con su mano derecha, mientras conduce con la izquierda y Jacinta duerme. O en otra escena Jacinta le enseña a Rubén algo de guaraní.
A lo largo del recorrido, chofer y pasajera se van conociendo, aunque muy lentamente, debido a un Rubén reservado. Al principio, ni es capaz de preguntarle a la madre, por su nombre, o el de su hija. Habiendo muy poca conversación entre ellos (pero con un Rubén, cada vez más abierto) y con alguna parada en el camino, Giorgelli maneja un ritmo que hace que la película no se haga eterna, gracias a un sencillo, aunque eficaz montaje, y a la distribución que otorga a los diálogos y las acciones. Así es como consigue que nos interesemos por sus personajes y nos nos durmamos En cuanto al final, sin ser la gran cosa, igualmente logra hacerlo emotivo, cuando arriban a la capital argentina. 
No obstante, y pese a tener cosas positivas, Las Acacias no termina de convencer, porque la simpleza de su lenguaje es demasiada y porque falta explorar más un vínculo entre dos personas, que es tan escaso que no justifica casi una hora y veinti cinco minutos de película. 

Mi puntaje: 4/10


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viernes, 1 de febrero de 2013

"Cuidado con lo que sueñas. Podría hacerse realidad"

Título: Ruby Sparks (Ruby, la chica de mis sueños)
Año: 2012
Género: Comedia, Fantástica, Romántica
Director: Jonathan Dayton, Valerie Faris
Guión: Zoe Kazan
Duración: 104min
Reparto: Paul Dano, Zoe Kazan, Chris Messina, Annette Bening, Antonio Banderas, Aasif Mandvi, Steve Coogan, Elliott Gould

En Ruby Sparks, Calvin (Paul Dano) es un exitoso novelista que sufre de bloque creativo, hasta que, durmiendo, sueña con una chica imaginaria (Zoe Kazan) que, no sólo lo inspira, sino que, pronto cobra vida. 
Bajo ningún concepto pretendo defender a los premios de la Academia. No es que quiera decir que estos sean buenos o malos, ya que (negocio, o no negocio) se supone que sus miembros premian, votando, según los gustos subjetivos de cada uno, y yo ahí, no veo nada de malo. Luego, que lo votado por esta gente no sea, de hecho, la verdad absoluta, ya es otra cosa. 
El 2006 fue para la independiente Pequeña Miss Sunshine, un año positivo. Sería nominada al Oscar en cuatro categorías, quedándose con las de mejor actor secundario y mejor escritura.
Y repito, que la opinión de esta gente no debería significar absolutamente nada. Sin embargo, personalmente, igual me animo a reconocer cuando se destaca, lo que ha sido, a mi parecer, una buena escritura. Merecido, o no, el galardón, el guión de Michael Arndt había sido estupendo. Algo que no volvería a repetirse con el libreto de su sucesora, Zoe Kazan, colaborando con los mismos directores.
Ruby Sparks significaría tomar un rumbo distinto. Ahora con un joven novelista, a quien, ni su terapeuta (Elliott Gould) lograba ayudarlo a plasmar sus ideas. Algo para lo cuál, tendría que recurrir al mundo onírico.
Una chica le habla a Calvin. Nosotros no entendemos demasiado de lo que dice, pero eso no importa, porque Calvin se despierta en su sofá, súper inspirado, y corre a su máquina de escribir (algunos, aún las prefieren, a las computadoras), en donde escribe a toda velocidad. 
En otra sesión, a Calvin le cuesta expresarle al Dr. Rosenthal, eso, muy raro, que le está ocurriendo, hasta que se anima. Sucede que, quien ha vuelto a iluminarlo es una muchacha que ni siquiera existe y de la que, para peor, se está enamorando. Calvin es capaz de describir a Ruby, su nuevo personaje, con claridad de detalles, tanto a nivel físico, personalidad, o de su biografía. Pero lo más importante es que la escritura ha vuelto a fluirle. 
Hasta que algo extraño ocurre. 
Ruby aparece, de pronto, en su casa, dirigiéndole la palabra (como si fuera lo más normal), a lo que Calvin enloquece. 
Un par de situaciones que le siguen, una con su hermano (Chris Messina), y otra, con una admiradora, dan entender que su Ruby es tan real como se la ve. Junto a Harry hace un experimento y descubre que todo lo que escriba sobre ella se materializa. Algo que es genial, pero alocado. 
Desafortunadamente, este buen concepto es rápidamente tirado abajo por Kazan, quien también interpreta a Ruby. 
Calvin no tarda en dejar su asombro, para aceptar a Ruby como la chica con quien vive. A partir de esto, lo que se nos muestra es cómo evoluciona el vínculo, con sus buenos y sus malos momentos, convirtiendo a la película, en gran medida, en un típico drama juvenil, sobre roces de pareja. Todo lo que, dentro de lo fantástico, podría haber habido de genial, se pierde, y casi todo lo que sigue es un desperdicio.
Ruby Sparks pasa a tratarse de los conflictos entre una chica, que no parece ser capaz de comportarse adecuadamente, y su novio celoso y posesivo, que se adapta a una nueva novia, como si nada. 
Con los problemas entre Ruby y Calvin, yendo y viniendo, Kazan tarda un montón en mostrarnos lo que a nosotros, más nos interesa, que es el cómo funciona una chica que salió de una hoja, escrita en tinta. O sea que Kazan no concede al aspecto mágico, el espacio necesario. 
El planteo que se maneja, es que Calvin, a tal punto es incapaz de dialogar con Ruby, que opta por equilibrarla con la escritura. Recién en los últimos minutos es que es llevado al extremo de lo posesivo. Cuando las diferencias entre ellos se han vuelvo demasiadas, es que resuelve enseñarle a Ruby los aspectos más extraordinarios de su existencia. En una última escena, en donde Calvin se vuelve agresivo (aunque no, en lo verbal o físico) usa su máquina de escribir para enloquecerla, obligándola a hacer lo que él quiera, con tan sólo tipear en ella. 
A modo de conclusión, creo Kazan podría haber hecho del poder mágico, de la palabra escrita, el elemento vigente a hacer hincapié, y la película habría mejorado. 
No puedo, sin embargo, dejar de mencionar el excelente destino que Kazan le da a Ruby, cuando ha llegado el momento, para Calvin, de decir: ¡ya basta!

Mi puntaje: 3/10


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lunes, 28 de enero de 2013

"Nueva casa, nueva familia... viejos recursos"

Título: Paranormal Activity 4 (Actividad Paranormal 4)
Año: 2012
Género: Terror
Director: Henry Joost, Ariel Schulman
Guión: Christopher B. Landon (escrita por), Chad Feehan (escrita por) y Oren Peli (personajes)
Duración: 88min
Reparto: Kathryn Newton, Matt Shively, Katie Featherston, Bradley Allen, Aiden Lovekamp, Alexandra Lee, Stephen Dunham 
Produc.: Room 101
Presup.: $5 millones apróx. 

En Actividad Paranormal 4, cinco años después de los sucesos de la segunda parte, Katie y Hunter (ahora Robbie) se han mudado a otra casa. Serán sus vecinos de enfrente quienes empiecen a sentir una extraña presencia. 
El género del terror es el que más sufre, y de fea manera, por culpa de la ambición de los productores. 
Si pensáramos en la animación, con cada nueva entrega difícilmente un espectador se tomara el trabajo de cuestionarla, ya sea por su tendencia a ir mejor encaminadas, o porque acá no existe tanto prejuicio. 
Volvamos, entonces, de vuelta al otro género, y veamos qué es lo que pasa, en las mismas circunstancias. Podría decirse que con este cine se cumple, casi siempre, una misma regla: si la primera dio resultado, la fórmula ha de repetirse hasta el agote. 
Precisamente, Actividad Paranormal 4 es un ejemplo de exprimir (alargar) una franquicia, hasta que ya no tuviera sentido, pero porque los números alcanzados satisfacían. 
Tuvimos primero a Katie (Katie Featherston) y a Micah, y sus problemas con los demonios. 
Tuvimos luego, y para no repetir, a Kristi y a su marido.
Desgastado el presente, se recurriría, entonces, al pasado. A los hechos ocurridos durante la infancia de Katie y Kristi. Con un costo de producción muy bajo y más de 200 millones en ingresos, era de saberse que este tampoco sería el cierre. 
Y aquí, el asunto. Quien creyera que tres filmes ya habrían consumido las opciones, seguramente no había imaginado el plan B. 
AP 2 (2010) acababa con una Katie poseída, secuestrando a Hunter, su sobrino bebé, para desaparecer, supuestamente, para siempre. En base a eso se nos sorprendería más tarde en AP 4, con su retorno, en una nueva casa, y en el caso del Hunter, con una nueva identidad: su nombre, Robbie. Tía y sobrino no son ahora más que títeres de un ser maligno, y sus vecinos de enfrente, la presa perfecta. Así, cuando de pronto Katie es llevada por la emergencia, será que estos vecinos sean los únicos, para Robbie, con quienes quedarse. 
El rol protagónico en AP 4 pasa a recaer en adolescentes. Esta vez Alex (Kathryn Newton), la hija mayor de Holly (Alexandra Lee) y Doug (Stephen Dunham), y su amigo Ben (Matt Shively), son quienes perciben que algo anda mal. También cambia, en cierta forma, el modo en que vemos lo que ocurre, ya que toda la película es vista desde las webcams de esta familia. 
Cuando una noche, la computadora de Ben, en grabado automático (y sin él, saberlo), guarda lo registrado por la cámara de su amiga, pronto tienen material para divertirse… o asustarse. Es que ver a Robbie meterse en el cuarto de Alex, mientras ella duerme, no puede ser menos que inquietante. 
Wyatt (Aiden Lovekamp) y el visitante crean un vínculo tenebroso, volviéndose el primero tan extraño como el segundo. Por otra parte, ruidos y cosas que se mueven sin contacto humano, se hacen presentes en varias partes de la casa. Como en todas, en AP 4 se trabaja mucho con el suspenso prologado, que antecede a cada evento, aunque esta vez, sin los mismos resultados. Los intentos de asustarnos son en vano, porque todo es ya, muy predecible. 
La idea de la tía y su sobrino, reubicados, es tan rebuscada, que se hace difícil tomarla en serio. Encima, al niño lo vemos con otro nombre, cosa que no tiene ningún sentido.

Mi puntaje: 3/10


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miércoles, 9 de enero de 2013

"¿Nacido de un repollo? No. Pero, casi"

Título: El extraño caso de Timothy Green 
Año: 2012 
Género: Comedia, Drama, Fantástica 
Director: Peter Hedges 
Guión: Peter Hedges (escrita por), Ahmet Zappa (historia) 
Duración: 105min 
Reparto: Jennifer Garner, Joel Edgerton, CJ Adams, Odeya Rush, Shohreh Aghdashloo, Rosemarie DeWitt, David Morse, M. Emmet Walsh, Lois Smith, Dianne Wiest, Ron Livingston 
Produc.: Monsterfoot Productions, Scott Sanders Productions, Walt Disney Pictures 
Presup.: $25 millones apróx. 

En La extraña vida de Timothy Green, Cindy (Jennifer Garner) y Jim (Joel Edgerton) no pueden ser padres, por sus propios medios. Entonces, una noche entierran en el jardín de su casa, una caja con todos los deseos que querrían ver cumplidos en un hijo propio, escritos en su interior. Esa misma noche atestiguan un resultado milagroso, en la forma del pequeño Timothy (CJ Adams). 
Sólo como curiosidad, quienes sigan, más o menos de cerca, la filmografía de Jennifer Garner, podrán haber notado que esta es la segunda vez, en cinco años, en que interpreta a una mujer que no puede tener familia. Su rol anterior había sido en Juno (2007), como el personaje secundario de Vanessa Loring, quien aguardaba al bebé de una adolescente. 
Jim y Cindy Green son de esos matrimonios, para quienes ser padres sería la frutilla de la torta. El haber constituido la familia soñada.
El tema es, que mientras que a algunos, los hijos les llegan tan fácilmente como los resfríos, otros, como los Green, ven pasar el tiempo sin que ocurra nada. Es entonces, cuando los médicos se han dado pro vencidos, que ellos vuelven a su casa, en donde han de conformarse con ser los únicos bajo su techo. 
Esa noche en particular, y no habiendo ya, nada que perder, Jim decide jugar a que juntos describan al hijo perfecto, al tiempo que anotan cada una de sus ficticias, enormes cualidades, en las hojas de una libreta. Por un momento fantasean, dejándose llevar, y sumándole, cada vez más atributos, a alguien que es, cien por ciento, inventado. Seguidamente, salen en la oscuridad, a enterrar esas cualidades en el jardín, dentro de una caja. 
Ambos están durmiendo cuando el viento se levanta y una inusual lluvia se desata sobre su terreno. Al poco, esta cesa, pero ya habiéndoles dejado un muy especial obsequio. 
Alguien aparece de improviso, en la cama, junto a Jim, pero desaparece tan rápidamente como llegó, dejando sucio de tierra. Acto seguido, Cindy y Jim se ponen a buscar al intruso. Así acaban encontrándose con un niño de unos diez años, cubierto de barro, y que no saben de donde proviene. Misterio que resuelven en seguida, al mirar por una ventana. Un pozo con las dimensiones del pequeño, revela el mismo punto en donde antes enterraran la caja.
Para hacer del suceso, aún más sorprendente, el niño tiene hojas verdes prendidas a sus piernas. 
Lo más seguro es que, para muchos, toda esta secuencia contenga una magia emocionante. Con una pareja que arrancaba desconsolada; que se ponía, luego, a jugar, para olvidar sus penas; y que acababa siendo tocada por manos divinas. Y no dudo que fuera ese, el objetivo de Peter Hedges. Con todo, se me hace que, aún siendo un relato fantástico, hubiera sido interesante atar algunos cabos, antes de seguir, para dar mayor solidez a los hechos venideros. Detalles como, que al matrimonio le cueste tan poco, convencerse de que el niño salió de la tierra, y que, además, es hijo de ellos, no ayudan a tal causa. O que, al descubrir que tiene hojas en los pies, no piensen que pueda ser parte de una broma, tampoco es muy creíble. Cualquiera podría pensar que eran muy ingenuos.
Tras recibir un baño caliente y presentarse como Timothy, un niño que no siente, ni miedo ni vergüenza, los llama de inmediato “papá” y “mamá”. Algo a lo que, ninguno de los dos, tarda en acostumbrarse. 
Ya, a la mañana siguiente, los Green dan a conocer a su nuevo integrante, en una reunión con familiares y amigos, en donde ambos asumen, demasiado pronto, el rol de padres, lo que tampoco es verosímil. Como si conociesen a Timothy desde siempre, y no, desde hace apenas, unas horas. 
De aquí en más, madre y padre procurarán hacer que cada día sea valioso. Tratarán de transmitir su cariño y enseñanzas, como si el niño fuese común y corriente, y olvidando un detalle mayor: Timothy no nació dentro de un vientre materno.
Este enviado del cielo ayuda al matrimonio, no sólo a quitarse las ganas de ejercer la paternidad, sino, a que, en muy corto plazo puedan cometer errores, desde esa posición, para aprender de ellos. Timothy los ayuda, incluso, a enfrentarse a sus propios demonios, cuando nunca antes habían tenido el coraje.
Pero, no todo lo que brilla es oro. Y las hojas verdes de Timothy, también empiezan a marchitarse. 
Algo que nunca termina de convencer, es para qué, exactamente, es que llega el niño a ellos. Si el matrimonio iba, luego, a querer adoptar, bastaría con que fuesen adultos responsables y sinceros, sin enfermedades terminales, problemas psicológicos o financieros, para que los trámites se dieran con éxito. 
Toda la película es contaba en un flashback, a medida que la pareja narra su historia con Timothy, a Evette Onat (Shohreh Aghdashloo), la supervisora. Acá, obviamente, lo que tenemos es a un dúo que ansía comprensión y empatía. Sin embargo, Onat demuestra ser una veterana sensata, que no está para graciosos. A ella se la convence con hechos que expresen verdades, y no, con niños nacidos entre las plantas. Lo mismo, le hubieran dicho que era traído por la cigüeña, y ¿con eso, qué? ¿Acaso, debería entenderse que les creyera, sólo por ver sus caras angustiadas? 
Llegados a este punto, Hedges elige, en definitiva, un final que tiene agujeros, pero que es feliz y saca sonrisas. Recordemos que su contrato era con la Disney, y el filme, para grandes y para chicos. 

Mi puntaje: 4/10


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viernes, 4 de enero de 2013

"Más enfermiza, más aterradora y más divertida"

Título: El Ciempiés Humano II: Secuencia Completa (The Human Centipede II: Full Sequence) 
Año: 2011 
Género: Terror 
Director: Tom Six 
Guión: Tom Six
Duración: 88min
Reparto: Lawrence H. Harvey, Ashlynn Yennie, Maddi Black, Kandace Caine, Dominic Borrelli, Lucas Hansen, Lee Nicholas Harris, Dan Burman, Daniel Jude Gennis, Georgia Goodrick, Emma Lock, Katherine Templar, Peter Blankenstein, Vivien Bridson, Bill Hutchens 
Produc.: Six Entertainment Company 

En El Ciempiés Humano II: Secuencia Completa, Martin es un guardia de seguridad, quien inspirado por el ficticio Dr. Heiter (Dieter Laser) se prepara a llevar a cabo su propia versión del insecto. 
Noviembre de 1957. Plainfield, Wisconsin. La policía que investiga la desaparición de Bernice Worden, chequea la casa de Edward Theodore Gein, a quien ven como posible sospechoso. Cuando ingresan a su propiedad se encuentran con el cuerpo de Worden colgando de los tobillos, decapitado y abierto por el torso. Pero, eso no es todo. Hallan también diez cabezas de mujer, a las que falta la parte superior, pantallas de lámpara y asientos hechos con piel humana, y platos de sopa hechos con calaveras, entre algunas disparatadas artesanías. Tras ser detenido, Ed Gein es declarado enfermo mental y encerrado en un psiquiátrico. 
Setiembre de 1987. Jeffrey Lionel Dahmer conoce a Steven Toumi en un bar gay, en donde beben juntos, para luego retirase a un hotel. A la mañana siguiente Dahmer halla a Toumi muerto, sin recordar cómo fue que lo mató. En seguida compra una maleta, en donde lo lleva hasta el sótano de su abuela. Allí mantiene relaciones con el muerto, para después descuartizarlo y tirarlo a la basura, con excepción de la cabeza, a la que hierve y blanquea, para exponerla como trofeo. 
Las descripciones anteriores corresponden a breves segmentos de la obra de dos de los más famosos asesinos seriales de Estados Unidos, y que a diferencia de Tom Six, “sí” que estaban locos. 
Muchos son los que han catalogado a este director de anormal, por lo grotesco de su cine. Yo, por el contrario, no creo haber visto nada que pudiera demostrarme otra cosa, que su enorme capacidad imaginativa. Creo que llevar al horror a nuevos extremos no debería ser sinónimo de demencia, ni motivo de rechazo. Tratándose además, del género de lo macabro, nada mejor que un director dispuesto a retorcernos los intestinos. 
Eso sí… El día en que me entere de que Six realmente experimenta con personas, ahí sí, que cambio de parecer. Mientras tanto, mantengo mi postura.

La imagen es en blanco y negro. Dos chicas, unidas a un cadáver, sufren por culpa de un cirujano retirado a quien le faltan algunos jugadores, más no, conocimientos de anatomía. La cámara entonces retrocede para alejarnos de la escena y dar paso a los créditos finales. Uno no puede evitar sentirse confundido, hasta que, de pronto, todo se aclara. Six nos ubica en la caseta de Martin, el guardia de seguridad de un estacionamiento, quien, en su notebook, acaba de ver la película. 
De pronto, uno nota que la crominancia sigue sin aparecer. Es que Six había tenido, desde un principio, la intención de rodarlos así, a ambos filmes. Sin embargo, recién ahora lo ha implementado. Su impresión de que el blanco y negro agregaría un mayor toque de horror, no era errada. 
La elección de Lawrence R. Harvey como Martin, no podría haber sido más perfecta. Obeso, de mediana altura, ojos grandes y frente amplia, resulta más que adecuado para el papel del criminal.
Mientras corren los nombres del equipo técnico, Martin, pensativo, se toma levemente el labio inferior. Estamos ante un hombre que ha visto algo asqueroso y que ahora medita sobre ello. ¿Qué podría salir de esto? Seguro que, nada lindo. 
Desplazándose en su silla, Martin se aleja hacia su otro monitor, en donde figura lo captado por las cámaras de vigilancia. Justo es testigo de una pareja en plena disputa. Martin toma un fierro, con el que se pone de pie, y practica el golpe que planea asestarles, aunque también lleva consigo un arma. 
Six incluye además, parte de su vida hogareña. Martin convive con una madre gritona que lo destrata, y que llega a expresarle, a él y a otro vecino desquiciado, sus ganas de morirse. En una escena ella pretende matarlo mientras duerme, pero al final es ella la sentenciada. Nada sabía ella, de lo que su hijo era capaz. 
Todavía no hemos visto lo más interesante, pero Six ya nos ha dado algo para la impaciencia. 
Hasta el momento El Ciempiés Humano II casi carece de diálogo. Tanto sea que Martin esté en su casa, como afuera, sólo lo oímos proferir gruñidos o gritos de rabia. Gran elección de un director, que ha sabido como valerse de los silencios. 
Mucho antes de que llegue la secuencia del título, Six dedica su buen espacio, a la recolección de víctimas, y no exagera. De esta forma apreciamos la decadente salud de Martin, a quien la muy buena interpretación de Lawrence asegura un clima tenebroso y un personaje que asuste. Se nos deleita, además, con algunas escenas de tensión y de suspenso, que Six incluye sin reparos. Cuando sudoroso, atacado por el asma, e imposibilitado de golpear a una mujer embarazada, Martin recurre al inhalador, Six ha logrado que su personaje nos produzca hasta repugnancia. Sucede que Martin es feo, estéticamente desagradable, tiene una pinta de pervertido, visible a la legua, y encima de todo, falta que haga su proyecto. 
Una vez que hemos asimilado todos estos rasgos, comprendemos que ningún atlético y bien vestido Patrick Bateman Psicópata Americano (2000), habría tenido el mismo efecto.
A Martin podrían criticársele muchas cosas, pero nunca, la falta de empeño. Su estudio minucioso de la cinta de Tom Six, lo ha llevado a hacerse una carpeta con notas. En ella es donde conserva sus dibujos, sobre cómo realizar los procedimientos. 
Cada día Martin reúne a nuevos desafortunados en su escondite, a quienes entrega a la oscuridad del casi abandono, a escuchar los gritos ahogados de otros, o para unírseles. 
En una ocasión en la que prepara a uno de los cuerpos, otro víctima logra gritarle ¡es sólo una película!, desde su posición desfavorecida, y como si eso fuera a cambiar algo. 
Llega entonces, el momento tan esperado. Martin ya tiene consigo a las doce piezas. Estas, desperdigadas por el piso, aguardan aterradas, a que acontezca lo inevitable, amordazadas, transpiradas, mugrientas, llorosas y muertas de hambre. El juego más divertido en el que Martin jamás haya participado, está por comenzar. De aquí en más, superará con creces al del Dr. Heiter. Lo único, eso sí, es que será más desprolijo. Martin nada sabe de anatomía, sus víctimas no serán sedadas antes de unirlas, ni su método demostrará habilidad alguna.
Con su primera película, Six daba forma, lo que empezara como un chiste entre amigos, aunque sin exprimirlo lo suficiente. Con esta secuela consigue en cambio, dar nueva forma y mejores (y mayores) dimensiones, a su idea, para espantarnos y al mismo tiempo, deleitarnos. Six descarta la fotografía colorida y usa la palabra hablada, sólo como último recurso.
Si tuviera que mencionar algún problema, diría que el hecho de que Martin se viera inspirado por una película, ha estado, sinceramente, de sobra. Se nos da a entender que él recoge la idea del ciempiés, tras haber visto El Ciempiés Humano I de Tom Six. O sea que Six ha diseñado un universo en el que abita Martin. Individuo que está, en efecto, trastornado, y dispuesto a imitar, ahora sí, lo visto en un producto de la ficción, escrito, dirigido y producido por este director. 

Six podría haber dejado que tanto Heiter como Martin pertenecieran al mismo universo, y así evitarnos  ver su nombre en la notebook de su guardia.

Mi puntaje: 8/10


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