Título: The Babymakers
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Año: 2012
Género: Aventura, Comedia
Director: Jay Chandrasekhar
Guión: Peter Gaulke, Gerry Swallow
Duración: 95min
Reparto: Paul Schneider, Olivia Munn, Michael Yurchak, Wood Harris, Kevin Heffernan, Nat Faxon, Jay Chandrasekhar
Produc.: Duck Attack Films, Alliance Films, Automatik Entertainment, IM Global
En The Babymakers, Tommy (Paul Schneider) y Audrey Macklin (Olivia Munn) son un joven matrimonio, que
en la fecha de su aniversario deciden que quieren ser papás.
Algo con lo que tendrán sus inconvenientes.
Primera
escena. Tommy y Audrey duermen en su dormitorio, con la puerta abierta, cuando
se oye llorar al bebé. Audrey, aun medio dormida, indica a Tommy que es su
turno, y él, no, en mejores condiciones, se levanta, la cierra y vuelve a la
cama. El bebé de los vecinos vuelve a ser sólo, problema de los vecinos.
Tommy retoma a
su descanso, y Audrey, por su parte, se queda angustiada y pensativa.
Segunda
escena. Ambos están en un restaurante, a donde han ido a celebrar sus tres años
juntos. Para Audrey esta noche es doblemente significativa. Sonriendo, le
expresa a su marido que ya está lista para el próximo paso. Tommy se muestra de
acuerdo, aunque luego nos enteraremos de que no hablan de lo mismo. Ella se
refiere a la maternidad, y él, a probar nuevas variantes en la cama.
Con esta introducción
se logran dos cosas. Se nos revela, creativamente, del vacío que siente Audrey,
a falta de hijos. Para luego pisotear esa buena labor, con un Tommy desubicado
y muy poco romántico. Nos hace preguntarnos, cómo es que alguien elegiría una velada
así, para hablar, con tan poca delicadeza, de algo tan íntimo.
No
hace mucho, tuve la oportunidad de ver Cómo
hacer bebés (2000). Cinta británica que tocaba exactamente el mismo tema. En
ella abundaba un humor sobrio, que aunque, compuesto por chistes picantes, procuraba
siempre priorizar las preocupaciones de Sam (Joely Richardson) y Lucy Bell (Hugh Laurie), los personajes
principales. Uno podía reírse, pero no se olvidaba nunca, de que ellos sufrían.
Desafortunadamente,
Jay Chandrasekhar se equivoca de camino, olvidándose, él sí, de la problemática real de Tommy y Audrey.
Estos, que de haber evolucionado debidamente, habrían sido determinantes para construir
una buena película. Por el contrario, el director opta por la pavada, creando
situaciones inverosímiles, que sólo ayudan a que uno vaya perdiendo el interés,
con el paso de los minutos.
Al principio,
en ambos filmes se parte de la necesidad de los exámenes médicos, y que otorgan
resultados idénticos: Lucy y Audrey están en perfectas condiciones, en tanto
que son Sam y Tommy quienes fallan. El director inglés nos mantiene aferrados
al conflicto marital, mientras que su símil americano prefiere ponerse
gracioso.
Sin
entrar en excesivos detalles, descubrimos que el Tommy de ahora no es,
reproductivamente hablando, el mismo de antes. Ese, aún soltero, que se convirtiera
en donante de esperma, para hacerse de algún dinero y costear un anillo de
compromiso. Conjuntamente, esos donativos pre matrimoniales habían sido de los
buenos, y los que Tommy, ahora, quiere de vuelta. Desde el momento en que él da
con la última pareja beneficiaria, es que la película ya no es más, contada con
propiedad.
Tommy conoce a los afortunados. Dos homosexuales, demasiado contentos con su compra,
como para hacerle un reembolso. Uno de ellos, sin embargo, termina mostrándose
más flexible, pero a cambio de que Tommy lo haga feliz. Por
cierto que su pareja no tiene porqué enterarse.
Un
chiste como este hasta podría ser pasable, si acaso Tommy hubiera dicho que no,
desde el comienzo. Como en cambio lo consulta con Wade (Kevin Heffernan), su mejor amigo, hace que
la gracia se pierda y se vuelva estúpido.
De
aquí al final, abunda más que nada, la pavada, con Tommy y sus poco inteligente
camaradas, Wade y Zigzag (Nat Faxon), planeando un robo a un banco de esperma. Para eso
entablan contacto con Ron Jon, un indio mafioso, interpretado por el propio director,
y cuyo aporte frente a cámaras, quizás mejor, se hubiera evitado.
Si
a alguien quedaran dudas sobre si verla vale la pena, sólo con decir que durante el robo, Wade resbala en semen, en una escena que es un mamarracho, creo yo, debería ser suficiente como para saber la respuesta.
Mi puntaje: 3/10