lunes, 10 de octubre de 2011

"El sueño imposible de tantos empleados"

Título: Horribles Bosses (Quiero Matar a mi Jefe)
Año: 2011
Género: Comedia, Crimen
Director: Seth Gordon
Guión: Michael Markowitz, John Francis Daley, Jonathan M. Goldstein
Duración: 98min
Reparto: Jason Bateman, Charlie Day, Jason Sudeikis
Produc.: New Line Cinema, Rat Entertainment
Presup.: $35 millones aprox.

Quiero Matar a Mi Jefe es la historia de tres amigos, Nick Hendricks (Jason Bateman), Dale Arbus (Charlie Day) y Kurt Buckman (Jason Sudeikis), quienes una noche, cansados de los constantes maltratos que deben sufrir por parte de sus jefes, deciden contratar a un asesino a sueldo para acabar con el calvario.
Acabo de chequear en Internet algunos datos globales, y uno de los aspectos que, inmediatamente, me llamó la atención, fue que se necesitara a tres individuos para escribirla. No estoy diciendo que eso esté mal. Es más. Se sabe que dos cabezas piensan juntas mejor que una, y ni hablar sin son más. Pero en este caso concreto me pregunto cuál de los tres habrá tenido que estrujarse las neuronas para sacar lo peor de su llamada "creatividad", y aportar cada uno de los chistes, de muy mal gusto, que conforman a este, tan peculiar sentido de la comedia. 
Es decir... Luego de haber visto muchos ejemplos de lo que es el género cómico de la última década, está claro que, si bien el sentido del humor, en cierta medida ha evolucionado, dejando atrás la inocencia que veíamos en Jack Lemmon o Cary Grant, también es cierto que esa inocencia perdida se ha convertido, al fin y al cabo, en el cine de los insultos y los chistes de tono elevado.
Quiero Matar a Mi Jefe cuenta con un humor que es todo menos fino y todo menos gracioso. Resulta hasta triste pensar en los millones de norteamericanos que debieron pagar una entrada para luego reírse a carcajadas. Lo cual implica tener una risa fácil, o que tantos espectadores eran tan intelectualmente escasos, como para no notar las carencias de esta película, y así, disfrutarla. Ahora mismo me acuerdo de una escena en la que Kurt, tras meterse a escondidas en la casa de su jefe, entra a su baño y se pasa su cepillo por la cola. Esto, más que divertido, yo lo describiría como desagradable.
Otro elemento llamativo fue el encontrarme con actores como Jason Sudeikis y Jennifer Aniston, prestando sus habilidades interpretativas para ponerse en ridículo otra vez, no aportando nada bueno a sus currículums. Sus anteriores trabajos, en ambos casos habían sido perfectamente olvidables (Pase Libre él, Una Esposa de Mentira ella).
Por su parte, sorprende ver a estrellas como Colin Farrel y Kevin Spacey rebajarse a sí mismos, ya que, si bien creo que ambos cumplen bastante bien con sus roles de jefes indeseables, se me ocurre que a estas alturas de sus carreras podrían haber sido un poco más selectivos y decirle que no, a este mamarracho.

Mi puntaje: 3/10


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