Título:
The cabin in the woods (La cabaña del terror)
Año: 2012
Género:
Terror, Thriller
Director:
Drew Goddard
Guión:
Joss Whedon, Drew Goddard
Duración: 95min
Reparto:
Kristen Connolly, Chris Hemsworth, Anna Hutchison, Fran Kranz, Jesse Williams,
Richard Jenkins, Bradley Whitford, Brian White
Produc.:
Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Mutant Enemy, United Artist
Presup.:
$30 millones aprox.
En La cabaña del terror, cinco amigos que
se reúnen un fin de semana, acaban encontrándose con mucho más que
los característicos peligros de un bosque tenebroso.
El público pedía a gritos que se lo escuchara. Pedía que se dejasen de
hacer tantos remakes y tantas secuelas, hartos de ver siempre la misma
historia. Pero es que en Hollywood, a los éxitos de taquilla se busca explotarlos
hasta las últimas consecuencias. Los estudios prefieren contratar a gente
dispuesta a negociarse un buen contrato, para retomar una idea, ya, más que
exprimida y decirle que no, a proyectos más gratificantes, aunque menos
lucrativos.
El público reclamaba, ante la falta de originalidad. Y así como Los Vengadores (2012) llegarían para salvarnos
de la invasión, el propio Joss Whedon (quien adaptase a Stan
Lee) llegaría para darnos un respiro, en este otro género.
Coescrita por él y por Drew Goddard, y dirigida por Goddard, su estreno había
estado previsto para el 5 de febrero del 2010. Sin embargo, dada la intención
de la MGM de
convertirla al 3D, más su posterior anuncio de estar en quiebra, la espera se
prolongaría. Finalmente, tanto Whedon como Goddard se opondrían a la conversión y tras serios problemas financieros la distribución de la película sería
vendida a la Lions Gates Entertainment Corporation, para una llegada a salas el 13 de Abril del 2012.
Respecto a Whedon, él mismo daría una breve definición de lo que el cine de
terror le significaba, y de aquello en lo que, a su parecer, este se había
terminado convirtiendo. Diría también, cuál era el objetivo que él y su
coguionista perseguían y que en parte describiría como: “…un intento por
revitalizar el género…”, etc., etc.
Llegué a leer un montón de críticas
que resaltaban lo bueno que era el
resultado, además de, lo retorcido. Un amigo me dijo, vía Facebook, que más
allá de su originalidad, tanto revuelo se debía, más que nada, a su estreno tan postergado. Me
dijo también, que de todos modos la viera, pero que tuviera paciencia, porque
al principio iba a parecerme tonta.
Yo me terminaría dando cuenta de
que, ciertamente, no era para semejante alboroto.
Dana (Kristen Connolly), Curt (Chris Hemsworth), Jules (Anna Hutchison), Marty (Fran Kranz) y
Holden (Jesse Williams), son los típicos personajes, inconfundibles en cualquier cinta de terror,
que fuera sobre jóvenes y cabañas aisladas. Recuérdese, por ejemplo, el clásico
Posesión Infernal (1981) o Fiebre
en la cabaña (2009).
Por otro lado, Sitterson (Richard Jenkins) y
Hadley (Bradley Whitford) son dos técnicos de una empresa, cuyo trabajo es manejar en simultánea
varios escenarios, mediante los cuales están constantemente sembrando el
pánico en distintas partes del mundo y de variadas formas.
Lo que sigue, luego en la cabaña, es una sumatoria de clichés, que si bien puede que aburra, se entiende que no persigue el mismo cometido, ya conocido. Existe de hecho, una vuelta de tuerca.
Tenemos a la romántica parejita (Curt y Jules), que tiene la ridícula ocurrencia de tener sexo en medio del bosque, en vez de en una cama, como gente racional. Ellos, como es evidente, terminan viéndoselas feas. O tenemos al payaso del grupo (Marty), quien, estando por las suyas, en el momento de ser atacado, logra salvarse.
Este tipo de situaciones se desatan cuando los chicos tienen la feliz idea de bajar a un sótano (antes abierto por Sitterson), que nunca deberían haber pisado. Allí abajo, Dana toma un libro con textos en latín, y pese a que Marty se lo advierte, temeroso, ella lee un conjuro que despierta a los zombies.
Una vez que ya hemos visto un poco de lucha, sangre y muerte, uno querría que tanta paciencia tuviera su recompensa, pero los giros de la película no son ni cerca de lo notables y sorpresivos, que, como espectador, uno se esperaba.
Sí he de decir, no obstante, que
lo que ha Whedon se le ha ocurrido, es que tanto sufrimiento se debiera a
procedimientos, teóricamente necesarios, y por el bien de la mayoría de
nosotros. Algo que, más adelante se nos aclara.
No podemos negar que se trate de algo novedoso. Salvo que, una vez revelada
la primera gran sorpresa y cuando ya han muerto tres de los muchachos, la
película se descansa en mostrarnos una masacre, con monstruos arrasando contra los sádicos responsables del proyecto, en lo que parece, fuese su
castigo. De esta manera, se ha pasado de la originalidad al chiste fácil.
Se juega mucho con el concepto,
obviamente ficticio, de que los jóvenes fuésemos unos tontos, siempre
predispuestos a abrir las puertas del espanto (es decir, a meternos en donde no
nos llaman), y donde, según Sitterson, eso tiene que pagarse. Que
es, en realidad, una excusa para él justificarse.
Ya cuando gran parte del
argumento ha sido desvelado y cuando la intriga ha dado paso a la cacería, es que la
película empieza a perder su encanto, sólo sostenido por la final aparición de
quien dirige la compañía.
Pero en resumen, ¿es esta, en
definitiva, una gran película? Sinceramente, lo dudo. Más me inclino a
pensar, que con su guión hayan sido capaces de contarnos un relato distinto, explotando los códigos más comunes, de un modo nunca antes visto. Aunque, con una conclusión que se me hizo muy tirada de los pelos. Dudo
que eso alcanzase para decir que esto sea de lo mejor en terror de este año. Es, sí, entretenida, diferente y para pasar el rato.
Mi
puntaje: 6/10