Título: Habemus Papam (Tenemos Papa)
Año: 2011
Género: Drama
Director: Nanni Moretti
Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo, Federica Pontremoli
Duración: 102min
Reparto: Michel Piccoli, Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Franco Graziosi, Camillo Milli, Roberto Nobile, Ulrich von Dobschutz, Gianluca Gobbi, Nanni Moretti.
Produc.: Sacher Film, Fandango, Le Pacte, France 3 Cinéma, Rai Cinema, Canal+, Coficup, Backup Films, Eurimages
Presup.: $8 millones aprox.
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Año: 2011
Género: Drama
Director: Nanni Moretti
Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo, Federica Pontremoli
Duración: 102min
Reparto: Michel Piccoli, Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Franco Graziosi, Camillo Milli, Roberto Nobile, Ulrich von Dobschutz, Gianluca Gobbi, Nanni Moretti.
Produc.: Sacher Film, Fandango, Le Pacte, France 3 Cinéma, Rai Cinema, Canal+, Coficup, Backup Films, Eurimages
Presup.: $8 millones aprox.
Tenemos Papa cuenta cómo, tras la muerte de un Papa, obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo, deben reunirse para, mediante una votación secreta, elegir al sucesor. Es así que, tras mucho nerviosismo e incertidumbre, el nombre del elegido, Melville, es dado a conocer entre los votantes. Sin embargo, cuando llega el momento de que el nuevo Papa salude a sus fieles, este tiene un ataque de nervios y se ve imposibilitado de aparecerse ante la muchedumbre.
Esta es de esas películas con las que me ha dado gran gusto encontrarme, ya que nunca antes había visto que alguien abordara semejante concepto y de, tan elegante y picaresca, manera.
Para todo aquel que haya visto la producción británica El Discurso del Rey, no pretendo decirles que no vean esta película, pero sí les comento que ambas contienen alguno que otro elemento en común. En la cinta de Tom Hooper, el rey inglés se ve imposibilitado de dar un discurso debido a su insoportable tartamudeo. En la cinta de Nanni Moretti, el nuevo Papa se ve imposibilitado de saludar a sus seguidores, a causa de su nerviosismo e inseguridad. El pobre no sabe si tiene lo que se necesita, para ser el representante del todo poderoso entre los mortales.
Asimismo, esta película comparte con la otra, el hecho de que sus protagonistas principales tengan que transitar por un camino de auto descubrimiento, para comprenderse a sí mismos y saber de qué están hechos, antes de animarse a hablar ante un público muy amplio.
Dicho esto, debe quedar claro que, de todas maneras, las diferencias entre estos dos filmes europeos resaltan a la vista, y en tanto que ambos son dramas, Habemus Papam contiene una elevada dosis de comicidad. Este, aspecto que nos lleva, inmediatamente, a pensar en uno de sus personajes (el psicoanalista), co-guionista de la película y director de la misma, el Sr. Nanni Moretti, ya conocido en su país por poseer ciertos atributos de comediante. Podemos mencionar algunos casos concretos como, por ejemplo, la escena inicial de la elección, en donde uno de los votantes intenta bichar el dictamen de su compañero de asiento. Luego, se destaca la escena del campeonato de voleibol entre países, que el propio psicoanalista organiza para el divertimento de los expectantes, miembros del Vaticano. Y en otra, uno de los momentos, diría yo, mas notables de la película, que es cuando el falso Papa pone a correr "Cambia, todo cambia" de Mercedes Sosa, desde la habitación del máximo pontífice.
Igualmente, es importante no equivocarse a la hora de señalar de qué tipo de película estamos hablando. Nos encontramos ante un Papa que, apenas ve la oportunidad, se desaparece detrás de un ómnibus y se pierde de vista entre la multitud, para que el sujeto que tiene a su cargo no pueda seguirlo. Porque Melville está en estos momentos, confundido, y lo último que necesita es que sus compañeros de la iglesia lo presionen y le digan cómo debe obrar. Es por eso que a Melville se le ocurre que lo mejor debe ser salirse de ese mundo de hombres en sotana y darle espacio a la reflexión, pero desde la posición de ser uno más, entre los muchos miles de ciudadanos, comunes y corrientes.
Algo que creo positivo de Habemus Papam es la elección de su director, por contar su relato desde un punto de vista, cien por ciento humano, sin meterse demasiado, en aspectos religiosos, con la salvedad de algunos chistes. Lo que sucede es que esta película no tiene por objetivo decirnos en qué debemos creer, sino mostrarnos las cosas desde la perspectiva de personas comunes, con cuyos problemas podríamos, perfectamente, identificarnos.
Mi puntaje: 7/10