miércoles, 1 de febrero de 2012

"Conociendo a los amos de la noche"

Título: Vampires (Vampiros)
Año: 2010
Género: Comedia
Director: Vincent Lannoo
Guión: Vincent Lannoo, Frédérique Broos
Duración: 88min
Reparto: Carlo Ferrante, Vera Van Dooren, Pierre Lognay, Fleur Lise Heuet, Julien Doré, Batiste Sornin
Produc.: Left Film Ventures

A modo de falso documental, Vampiros nos lleva hasta Bélgica, en donde un equipo de filmación, acompaña a una familia de vampiros en su vida cotidiana. Aquí tenemos a Georges (Carlo Ferrante), el padre; Bertha (Vera Van Dooren) la madre; Samson (Pierre Lognay), el hijo; y Grace (Fleur Lise Heuet), la hija. 
De la mano del director Vincent Lannoo nos llega este producto, que toma para la comedia y el humor negro, el diario vivir de los chupa sangre. Al igual que en tantos otros casos, aquí se parte de la idea de que, supuestamente, estaremos viendo un verdadero documental, lo cuál, obviamente, no es cierto. También es dejado bien en claro que es realmente un privilegio que tengamos acceso a este material, ya que tres fueron las veces en que el equipo de filmación tratara de adentrarse en territorio vampiro, fracasando las primeras dos: fueron atacados. 
Dentro de la ficción de este documental, se entiende que el equipo de filmación llega, finalmente, a un acuerdo, para que, una vez adentrados con el enemigo, el depredador procure, al menos por esta vez, no atacarlos. 
La idea del falso documental, hoy ya muy vista, es combinada con el género vampiro, que, por su parte, por lo menos yo, no tengo recuerdos de que hubiera sido abordado así, anteriormente. De modo que estamos ante algo distinto y frente a una comunidad de muertos vivos de costumbres muy interesantes, quienes al igual que el mismísimo Drácula duermen en ataúdes, le temen a la luz del sol y a los crucifijos y no pueden llorar, amar o reproducirse. También tienen sus conflictos entre vecinos, al igual que sus leyes de convivencia. 
Con todo, diría que el aspecto más llamativo está en la naturalidad con que estos se comportan, ya que se enfrentan a sus problemas e inquietudes (para nosotros, muy raras; mas, para ellos, normales), de una manera que hace que no parezca que el documental fuera falso, porque toda situación que vemos sucede con total autenticidad. Hay un ejemplo muy bueno, cuando Samson, estando en clase (y considerando su apariencia a simple vista, el muchacho ha de estar cursando secundaria) tiene que aprender a morderle la yugular a los humanos, practicando con un muñeco sobre una mesa. Por mucho que lo intenta, Samson no consigue satisfacer a su profesora, quien furiosa le reprocha su incapacidad para seguir con las indicaciones. La incompetencia de Samson, más el enfado de su docente, podrían recordarnos, perfectamente, a nuestros días en la escuela primaria, con esas maestras que eran insoportables y que nos hacían pasar un mal rato. 
Pese a tanta originalidad, Vampiros cae en un problema de estructura. Desde el momento en que el equipo de documentalistas llega a ese entorno desconocido, la película se traduce en que asistamos a sus distintos espacios sociales, pero sin molestarse en establecer, para nosotros, un argumento preciso. De modo que, por un lado hacemos un seguimiento de sus vidas, en tanto que, por otro lado, nunca nos es posible saber hacia dónde se pretende conducirnos, ya que se carece de una base firme, de un conflicto específico, a partir del cual desarrollar todo lo que sigue. Justamente, llegado un momento, uno probablemente ya se haya cansado de conocer a esta gente y quiera que ocurra alguna problemática nueva que deba resolverse. Lo que ocurre, es que nosotros tendemos a buscarle a las película un comienzo, un desarrollo y un final, que aquí no están muy bien precisados. Como falso documental, este producto tienes buenas intenciones, pero termina quedándose en eso, y siendo además, demasiado lento. 

Mi puntaje: 3/10


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