miércoles, 24 de octubre de 2012

"A veces quisiéramos que viniera la cigüeña"

Título: The Babymakers
Año: 2012
Género: Aventura, Comedia
Director: Jay Chandrasekhar
Guión: Peter Gaulke, Gerry Swallow
Duración: 95min
Reparto: Paul Schneider, Olivia Munn, Michael Yurchak, Wood Harris, Kevin Heffernan, Nat Faxon, Jay Chandrasekhar
Produc.: Duck Attack Films, Alliance Films, Automatik Entertainment, IM Global

En The Babymakers, Tommy (Paul Schneider) y Audrey Macklin (Olivia Munn) son un joven matrimonio, que en la fecha de su aniversario deciden que quieren ser papás. Algo con lo que tendrán sus inconvenientes.
Primera escena. Tommy y Audrey duermen en su dormitorio, con la puerta abierta, cuando se oye llorar al bebé. Audrey, aun medio dormida, indica a Tommy que es su turno, y él, no, en mejores condiciones, se levanta, la cierra y vuelve a la cama. El bebé de los vecinos vuelve a ser sólo, problema de los vecinos.
Tommy retoma a su descanso, y Audrey, por su parte, se queda angustiada y pensativa.
Segunda escena. Ambos están en un restaurante, a donde han ido a celebrar sus tres años juntos. Para Audrey esta noche es doblemente significativa. Sonriendo, le expresa a su marido que ya está lista para el próximo paso. Tommy se muestra de acuerdo, aunque luego nos enteraremos de que no hablan de lo mismo. Ella se refiere a la maternidad, y él, a probar nuevas variantes en la cama.          
Con esta introducción se logran dos cosas. Se nos revela, creativamente, del vacío que siente Audrey, a falta de hijos. Para luego pisotear esa buena labor, con un Tommy desubicado y muy poco romántico. Nos hace preguntarnos, cómo es que alguien elegiría una velada así, para hablar, con tan poca delicadeza, de algo tan íntimo.
No hace mucho, tuve la oportunidad de ver Cómo hacer bebés (2000). Cinta británica que tocaba exactamente el mismo tema. En ella abundaba un humor sobrio, que aunque, compuesto por chistes picantes, procuraba siempre priorizar las preocupaciones de Sam (Joely Richardson) y Lucy Bell (Hugh Laurie), los personajes principales. Uno podía reírse, pero no se olvidaba nunca, de que ellos sufrían.
Desafortunadamente, Jay Chandrasekhar se equivoca de camino, olvidándose, él sí,  de la problemática real de Tommy y Audrey. Estos, que de haber evolucionado debidamente, habrían sido determinantes para construir una buena película. Por el contrario, el director opta por la pavada, creando situaciones inverosímiles, que sólo ayudan a que uno vaya perdiendo el interés, con el paso de los minutos.
Al principio, en ambos filmes se parte de la necesidad de los exámenes médicos, y que otorgan resultados idénticos: Lucy y Audrey están en perfectas condiciones, en tanto que son Sam y Tommy quienes fallan. El director inglés nos mantiene aferrados al conflicto marital, mientras que su símil americano prefiere ponerse gracioso.
Sin entrar en excesivos detalles, descubrimos que el Tommy de ahora no es, reproductivamente hablando, el mismo de antes. Ese, aún soltero, que se convirtiera en donante de esperma, para hacerse de algún dinero y costear un anillo de compromiso. Conjuntamente, esos donativos pre matrimoniales habían sido de los buenos, y los que Tommy, ahora, quiere de vuelta. Desde el momento en que él da con la última pareja beneficiaria, es que la película ya no es más, contada con propiedad.
Tommy conoce a los afortunados. Dos homosexuales, demasiado contentos con su compra, como para hacerle un reembolso. Uno de ellos, sin embargo, termina mostrándose más flexible, pero a cambio de que Tommy lo haga feliz. Por cierto que su pareja no tiene porqué enterarse.
Un chiste como este hasta podría ser pasable, si acaso Tommy hubiera dicho que no, desde el comienzo. Como en cambio lo consulta con Wade (Kevin Heffernan), su mejor amigo, hace que la gracia se pierda y se vuelva estúpido.
De aquí al final, abunda más que nada, la pavada, con Tommy y sus poco inteligente camaradas, Wade y Zigzag (Nat Faxon), planeando un robo a un banco de esperma. Para eso entablan contacto con Ron Jon, un indio mafioso, interpretado por el propio director, y cuyo aporte frente a cámaras, quizás mejor, se hubiera evitado.
Si a alguien quedaran dudas sobre si verla vale la pena, sólo con decir que durante el robo, Wade resbala en semen, en una escena que es un mamarracho, creo yo, debería ser suficiente como para saber la respuesta.

Mi puntaje: 3/10


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martes, 16 de octubre de 2012

"Ahora los clientes tienen aletas"

Título: Carnada (Bait)
Año: 2012
Género: Acción, Terror, Thriller
Director: Kimble Rendall
Guión: John Kim y Russell Mulcahy (escrita por) y Shayne Armstrong, Duncan Kennedy, Shane Krause y Justin Monjo (escritura adicional)
Duración: 91min
Reparto: Xavier Samuel, Sharni Vinson, Julian McMahon, Phoebe Tonkin, Cariba Heine, Alice Parkinson, Lincoln Lewis, Alex Russell, Dan Wyllie, Richard Brancatisano, Joel Amos Byrnes, Ashton Chen, Adrian Pang
Produc.: Bait Productions, Screen Australia, Media Development Authority (MDA), Pictures in Paradise, Blackmagic Design Films, Blackmagic Design, Story Bridge Films
Presup.: AUD 30 millones aprox.

En Carnada, luego de un tsunami, varias personas quedan atrapadas en un supermercado. Los sobrevivientes deberán hallar la forma de salir, sin ser devorados por los tiburones blancos que ha traído la corriente.
La mañana posterior a una despedida de soltero, Josh (Xavier Samuel), que es salvavidas, no logra salvar al hermano de su novia, de un ataque de tiburón. Ese día él los pierde a ambos, ya que Tina (Sharni Vinson) se las toma con él.
Seis meses más tarde, Josh llega a su trabajo en un supermercado, en una jornada que estará llena de sorpresas. De pronto, dos encapuchados han irrumpido en el lugar, ejecutando de inmediato a una mujer. Algo que es poca cosa, comparado con lo que se viene. Momentos después, un gigantesco tsunami se lleva por delante, playa y ciudad, inundando el supermercado.
Los sobrevivientes allí dentro deberán ayudarse, unos a otros, para salir del agua hacia lugares seguros. Los afortunados han sido Tina y Steven (Yuwu Qi), su nuevo novio; Jaimie (Phoebe Tonkin) y Todd (Martin Sacks), su padre policía, Collins (Damien Garvey), Josh y Naomi (Alice Parkinson), empleados del local; y Doyle (Julian McMahon) y Kirby (Dan Wyllie), los asaltantes. 
Tampoco el estacionamiento ha corrido mejor suerte. Es que Ryan (Alex Russell), novio de Jaimie, ha quedado atrapado en su furgoneta, al igual que los jóvenes Heather (Cariba Heine) y Kyle (Lincoln Lewis), parejita atrapada en su propio auto. Lo único que resta, en ambos escenarios, es que se den cuenta de que ya no están solos. El tsunami ha traído consigo a dos tiburones de casi cuatro metros.
Yo no sé ni se habrá debido a poca inteligencia, falta de interés en el argumento, o a un total desconocimiento de la psicología humana, pero ninguno de los personajes va a demostrar estar demasiado nervioso por lo que ocurre. Casi se mueren ahogados y ahora podrían ser comidos vivos, y aún así, son incapaces de temblar, llorar o gritar del miedo. No digo que tuvieran que ocurrir las tres, pero sí, al menos una. Con comportamientos que no pegan con la situación, e interpretaciones lamentables, de por sí, se hace difícil que uno pueda sentir por ellos empatía. En cambio, algunos sobrevivientes encuentran tiempo para hacerse los héroes, o para sacar a relucir sentimientos reprimidos. Incluso Steven, resulta ser un asiático con ideas de supervivencia tan ridículas, que asombra que los demás lo escuchen.
Viviendo una situación semejante tenemos a Heather y Kyle, quienes dentro de su auto parece que estuvieran metidos en acuario, con una interesante vista panorámica de 360º. Al principio ellos escuchan ruidos o creen ver movimientos en el agua. Una vez que descubren cual es la amenaza, en lugar de aterrarse, prefieren discutir por idioteces. El animal los embiste en un par de ocasiones, siendo estas, las únicas veces en que Heather o Kyle gritan. Por lo demás, es fácil darse cuenta de que sus personajes han sido escritos para hacer reír, algo que no va con la película.
Pasemos ahora a los personajes más destacados. Porque acá los escualos tampoco se salvan. Me quedará por siempre la duda, de si habrá sido por problemas presupuestarios, o por la poca voluntad del equipo de FX y al desinterés de su director. Como sea, creo haber distinguido, tanto animatronics, como tiburones digitales, y en el segundo de los casos no se ha salido del básico y más elemental diseño en 3D, insuficiente, para transmitirnos el dramatismo.
Puedo, sin embargo destacar, que al menos se le pusiera cierto empeño a los ataques. La muerte del señor Jessup, con el animal saltando desde el agua y arrancándole medio cuerpo, debe considerarse de lo mejor. Una vez que el tiburón vuelve a zambullirse, puede verse en detalle a qué ha sido reducido el hombre, por debajo de la cadera. Sólo carne expuesta, sangre chorreante y tripas, es lo que hay ahora en lugar de sus piernas.
En definitiva, la película no es buena y tiene muchos más defectos que virtudes. La única razón para no abandonarla antes del final, creo yo que sería el morbo de ver a los grandes blancos al ataque, o el humor (aunque, fuera de lugar) de Kyle y Heather.

Mi puntaje: 2/10


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