martes, 14 de octubre de 2014

"Un terrorista que atenta contra el cine"

Título: El Crítico
Año: 2013
Género: Comedia, Drama
Director: Hernán Guerschuny
Guión: Hernán Guerschuny
Duración: 98min
Reparto: Rafael Spregelburd, Dolores Fonzi, Ignacio Rogers, Telma Crisanti, Blanca Lewin
Produc.: Haciendo Cine, Lagarto Cine, Storyboard Media

El cine argentino nunca deja de sorprenderme. No es por tirar abajo lo local, porque tenemos cosas buenas, pero he de reconocer que nuestros vecinos, con quienes tanto se nos compara y a quienes se dice que nos parecemos, en esto nos llevan la delantera y El Crítico es otro ejemplo de ello. 
El debutante director y guionista Hernán Guerschuny (de quien espero ver más) arranca hablando justamente sobre cine y de una manera que pueda interesar, tanto al público masivo como al más selecto.
Víctor Telles (Rafael Spregelburd) es en este largo, un crítico de esos muy cerrados, cuya apreciación sobre el lenguaje cinematográfico creen ser única e indiscutible y que son incapaces de respetar opiniones ajenas. Telles es de quienes, con tanto visto, se conocen de memoria los códigos audiovisuales, herramienta con la que él destroza todo lo que mira. Telles dice ser un intermediario entre público y película, para así evitarle al espectador tener que fumarse muchas porquerías. Lo que no implica que al espectador deba gustarle este filtro, o que la opinión de Telles, lejos de sagrada, no sea una más.
El Crítico trata en parte sobre nuestra manera de ver películas y su director muestra varias posturas. Yo diría que él prefiere tomar elementos de cada una de ellas.
Una voz en off en francés nos sirve de introductora. Supuestamente es el propio Telles, eligiendo no usar su propia lengua, si bien no es él a quien oímos. Cada vez que la voz reaparezca, será siempre en este idioma. A esto, Telles, seguidor de la corriente La Nueva Ola, exterioriza dicho fanatismo usando con su ex pareja una acción tomada de Al final de la Escapada (1960), pero equivocándose completamente de lugar, interactor y circunstancias. Al igual que la voz en off, supone otra alusión a los tiempos de Goddard, director idolatrado por muchos y detestado por otros.
En otra escena, con Telles y su sobrina Agatha (Telma Crisanti) sentados a una mesa, la chica le hace ver lo que dice ser un corto experimental. Telles se acomoda los lentes en su actitud de crítico agrandado, para captar mejor el registro de un encuadre en donde nada pasa. Enseguida, ambos ven como alguien entra a cuadro y Agatha sonríe porque su tío ha caído en la broma, al percatarse de que se trata de la cámara de seguridad del edificio. El director le ha tomado el pelo inteligentemente a los amante del "verdadero cine", lo que cualquier crítico con cerebro debería humildemente reconocer. 
¿Existe acaso, realmente, un cine verdadero y otro que no lo es? ¿Qué es o debería ser el cine, para empezar? ¿Arte o entretenimiento? ¿Una forma de transmitir mensajes? O acaso, ¿todo esto junto? De eso se nos habla, aunque sin que haya una postura fundamentalista hacia alguna opción. 
Telles discutiendo con Agatha sobre el mal uso de los besos en el género romántica, o diciendo como es que el cine hace tiempo que está muerto, son momentos de reflexión. Sobre un cine que justamente está lejos de estar muerto, cuando el propio Guerschuny hace uso de un lenguaje, en teoría gastado, pero que a él le funciona.
Luego de que nuestro antipático y exigente crítico es flechado por Sofía (Dolores Fonzi), parte de su percepción empieza a cambiar, sintiendo que sus emociones son tocadas por las de una chica que disfruta del cine sin tanto analizarlo. Telles vive en carne propia esa etapa de encuentros y desencuentros, típica de ese género que él mismo rechaza y al que Guerschuny hace parodia. Telles es de pronto capaz de empatizar con personajes de películas malas, o de expresarse de manera híper cursi, ante esa chica que él no quiere que se le vaya.
En su papel de "terrorista del cine" como lo llama su jefe (expresión que me encantó), es víctima de las risas y del odio, de gente que no entiende como a este tipo no le gusta nada.
Hasta la pequeña aparición de Leonardo Sbaraglia es un recurso que aporta en lo narrativo, a la vez que homenajea al propio arte de filmar.
El Crítico tiene entonces, un poco para todos. Romance, comedia, parodia y hasta algo de locura, en tanto el director reflexiona y entretiene por igual.

Mi puntaje: 7/10


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