martes, 25 de octubre de 2011

"Se hará justicia... Aunque nadie la precise"

Título: Griff The Invisible (Griff el invisible)
Año: 2010
Género: Comedia, Drama, Romántica
Director y guión: Leon Ford
Duración: 90min
Reparto: Ryan Kwanten, Maeve Dermody, Marshall Napier
Produc.: Green Park Pictures, Screen Australia
Presup.: $2.7 millones aprox.

En el 2010, desde suelo norteamericano nos llegaron dos películas que abordaban el concepto de, ¿qué pasaría si un día, a alguien se le ocurriera convertirse en un justiciero y luchar contra el crimen por cuenta propia? Es decir, tanto en Kick-Ass como en Super se partía de la premisa de que los súper héroes eran cosas de la fantasía y que individuos como Batman, Súperman o el Hombre Araña no podrían existir jamás. Este concepto, bien desarrollado podría haber sido innovador, sin embargo, en ninguna de estas películas se había tomado el camino más pertinente. Kick-Ass no había sido otra cosa que una comedia, más o menos divertida, con bastante acción, disparos y explosiones, en una suerte de cóctel con varios guiños a otras películas. En cuanto a Super, este había terminado por ser un híbrido mal dirigido, parte drama y parte comedia.
Pese a todo, no tendríamos más que cambiar de continente e irnos bien abajo en el mapa, a territorio australiano, para conocer al talentoso Leon Ford, en su primera dirección de un largometraje. Y lo bueno de Ford fue, precisamente, que pudiera demostrar su fortaleza creativa, en donde los anteriormente mencionados, productos americanos, ya habían fracasado. Griff el Invisible se destaca, principalmente, por contar con personajes provistos de varias capas, y no, acartonados. Pesonajes que han sido creados y desarrollados de tal manera que a uno le importe y mucho, seguir sus desenvolvimientos a lo largo de toda la película. Acá los actores fueron, ciertamente, capaces de entender lo que el director buscaba en ellos, logrando que el espectador sintiera por ellos, nada menos que simpatía. Asimismo, los diálogos escritos por Ford no son de esos repletos de chispa, pero es que eso no era necesario, ni hubiera sido lo adecuado, considerando el tipo de personajes que tenía en mente.
En Griff el Invisible se sabe bien cuándo pasar a la comedia y cuándo salir de ella hacia otras capas narrativas, y profundizar en el mejor entendimiento de Griff (Ryan Kwanten) y de Melody (Maeve Dermody). Griff es un chico solitario e introvertido, incomprendido por quienes lo conocen, pero poseedor de una visión que lo convierten en un ser único y especial. De este modo, cuando Griff y Melody se conocen, gracias a su hermano Tim (Patrick Brammall), el filme habrá de transformarse, inevitablemente, en la odisea de auto descumbrimiento de dos seres extraordinarios, dado el desequilibrio psicológico de uno y la mentalidad abierta a nuevas experiencias, de su igual. Es así que, sería entendible y esperable, que uno se sintiese compenetrado con estos personajes, al punto de querer saber qué les va ocurrir y querer seguirlos, paso a paso, a lo largo de ese camino que los conducirá a tener que chocarse con la realidad.
Leon Ford nos enseña cuánto más importante es que su relato se preocupe por darnos a conocer quién es Griff, exactamente, y quién es Melody, más allá de las ocasionales escenas de lucha. Porque para acción y artes marciales, ya tenemos a otros realizadores muy capaces.

Mi puntaje: 9/10


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"Una casa con inquilinos molestos"

Título: Paranormal Activity 3 (Actividad Paranormal 3)
Año: 2011
Género: Terror
Director: Henry Joost, Ariel Schulman
Guión: Christopher B. Landon, Oren Peli (personajes)
Duración: 85min
Reparto: Chloe Csengery, Jessica Brown, Christopher Nicholas Smith
Produc.: Blumhouse Productions, Paramount Pictures
Presup.: $5 millones aprox.

En Actividad Paranormal 3, lo que hicieron sus realizadores fue, básicamente, recurrir al modo más sencillo y viable para que los fanáticos de sus predecesoras se vieran convencidos a ir por más. 
En el 2007 Oren Peli nos había introducido a Katie (Featherston) y a Micah (Sloat), combatiendo los demonios de su casa embrujada. La película supo ser más económicamente rentable de lo que esperaban (la más rentable, según dicen, de la historia de Hollywood), lo que hacía más que obvio, que sus productores iban a querer una secuela. Con respecto  al cómo seguirla, tampoco les sería tan complicado. Sólo debían expandir el árbol genealógico de Katie y darle una hermana, que esa hermana tuviera un marido y dilema solucionado. Ya tenían otra pareja que servirle a los demonios como plato. Desde acá construían una estructura, más o menos similar a la de su antecesora y listo el pollo. No obstante, debo reconocerles que en A.P. 2 supieron mantener el nivel de A.P. 1
Hasta acá tendríamos, entonces, dos filmes que habían prometido suspenso, sorpresa y algo de sangre, y cumplido, conjuntamente, con todos. Pero sobre todo: que habían cumplido con la taquilla. Fue por eso que no podría hacerse esperar una tercera. Salvo que, a diferencia de sus precursoras, entre las que que había habido un margen de tres años, sólo habría que aguardar uno para ver esta última. En este caso, para contar con un argumento coherente se inventó a las hermanas protagonistas un pasado lo suficientemente perturbador (con aires de Poltergeist 1982), y por el cual los guionistas se merecen el visto bueno. Aunque, no tanto por el producto final, como por las buenas intenciones.
La manera en que conocemos la niñez de Katie y Kristy, es mediante cintas en VHS, con videos caseros que una de ellas encuentra apiladas. Así es como nos enteramos de cuando el padre de las niñas había empezado a escuchar ruidos raros en la casa y cómo había optado por instalar cámaras, al más puro estilo de Gran Hermano.
Todo lo que vemos hasta acá funciona bien y es lo suficientemente creíble. Pero con la diferencia de que, mientras en las anteriores películas los directores habían sabido mantener una tensión y suspenso constantes, y con personajes adultos aterrorizados, siendo poseídos y acabando por matarse unos a otros, acá ese toque que debería mantenernos al borde de las butacas, no apareció. Por el contrario, lo que pensaron que sería un haz bajo la manga, el agregado de una abuela trastornada que es parte de una secta, nunca causa el más mínimo miedo, llevando a que, por el contrario, la película entera quede en ridículo. Estamos hablando de algo que fue más que un error, un horror, por alejarse en varias leguas, de la ideal original, donde la raíz del espanto yacía en el conflicto "protagonistas vs casa embrujada".
Pata terminar, el último detalle en el que A.P. 3 también falla, es en la propia resolución de la película. Para aquellos que recuerden cómo acababa la 1, con Katie poseída e inmóvil durante un extremadamente largo período de tiempo, y en la 2, con Daniel enloquecido, bajando unas escaleras, casi en la total oscuridad, sólo basta con decirles que en la 3 no verán nada parecido. Sí verán algunas imágenes fuertes, producto de muy bien conseguidos FX, pero luego, en seguida verán los créditos de cierre, que es lo mismo que decir que los demonios no atacan a las niñas una última vez para darles su merecido, en un final que es demasiado simplista.

Mi puntaje: 5/10


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