Título: The Vow (Votos de Amor)
Año: 2012
Género: Drama, Romántica
Director: Michael Sucsy
Guión: Jason Katims, Abby Kohn y Marc Silverstein (escrita por), Stuart Sendler (historia)
Duración: 104min
Reparto: Rachel McAdams, Channing Tatum, Sam Neill, Jessica Lange, Scott Speedman
Produc.: Screen Gems, Spyglass Entertainment
Presup.: $30 millones aprox.
En Votos de Amor, Leo (Channing Tatum) y Paige (Rachel McAdams) son una joven pareja, felizmente casada, hasta que una noche, a causa de un accidente automovilístico Paige pierde la memoria y es incapaz de reconocer a su marido. Desde ese momento, Leo deberá hacer todo lo que tenga a su alcance para lograr que ella lo recuerde y volver así a tener lo que habían construido.
Año: 2012
Género: Drama, Romántica
Director: Michael Sucsy
Guión: Jason Katims, Abby Kohn y Marc Silverstein (escrita por), Stuart Sendler (historia)
Duración: 104min
Reparto: Rachel McAdams, Channing Tatum, Sam Neill, Jessica Lange, Scott Speedman
Produc.: Screen Gems, Spyglass Entertainment
Presup.: $30 millones aprox.
En Votos de Amor, Leo (Channing Tatum) y Paige (Rachel McAdams) son una joven pareja, felizmente casada, hasta que una noche, a causa de un accidente automovilístico Paige pierde la memoria y es incapaz de reconocer a su marido. Desde ese momento, Leo deberá hacer todo lo que tenga a su alcance para lograr que ella lo recuerde y volver así a tener lo que habían construido.
Fuera de ser de la típica película
romántica, Votos de Amor trata de lo
que podría significar para una persona, que por circunstancias ajenas a uno, de
pronto fueses, para tu media naranja, alguien completamente desconocido. Que esa
persona con la que te habías decidido a compartirlo todo, en un
abrir y cerrar de ojos te hiciera a un costado, pero por causas que fueran más
allá de su propio entendimiento.
La
película me recordó bastante a Como si fuera la primera vez (2004), con lo
que no estoy diciendo que me pareciera una copia de esta, ya que los problemas
de memoria sufridos en cada caso son muy distintos. Es la idea del novio y/o marido
que debe volver a enamorar a su pareja, lo que comparten, y que en ambas se
maneja de forma magnífica.
Una noche,
Leo y Paige, recién salidos del cine se suban a su auto. Rumbo a casa, se
entretienen bromeando, hasta que Leo se detiene en un semáforo. Allí Paige se pone cariñosa y
Leo se entusiasma. Pero de pronto, un camión fuera de control impacta con ellos desde atrás y Rachel sale despedida a través del parabrisas, lo que vemos en
cámara lenta y que permite que apreciemos la brutalidad de su golpe. Uno ya
hasta puede irse anticipando a lo que está por venirse, incluso mientras la ve volar
por el aire, entre fragmentos de vidrio astillado.
El
director, sin embargo, opta por otro camino. Dejándonos con la interrogante por
algunos minutos más, usa un flashback
para contarnos cómo es que Leo y Paige se habían conocido y congeniado, para
luego casarse y leer, cada uno sus votos, durante una ceremonia en un museo. A
todo ese antecedente, en lo personal lo habría omitido, con excepción de la
parte del casamiento, que hubiera incluido, aunque más adelante. Para empezar, porque tras tenernos en suspenso y con hasta imágenes ralentizadas del accidente,
lo que uno querría sería pasar directamente a todo el “post – choque”, con la internación en el sanatorio y las malas
noticias. Michael Sucsy prefiere alargarnos la espera, colando todo un contexto
excesivamente romanticón, que no viene al caso y que seguramente aburra mucho al
sector masculino. Porque, en realidad, ¿cómo es que ha acabado Paige?, es lo
que uno querría saber, no, cómo terminaron juntos.
La otra
razón responde a un tema de reiteración. A lo largo de la película Leo se está esforzando
continuamente por ayudarla. Con dicho objetivo es que le deja a la vista cierto
material clasificado como "evidencia" de que realmente se querían.
No obstante, cuando Paige se sienta a ver el video, básicamente es la misma boda que ya nos mostraron, pero ahora desde el punto de vista de la cámara de uno de sus
amigos.
Paige
despierta del coma y es el momento de la verdad. Leo la pone al día sobre lo que ha pasado, a lo que luego Paige lo confunde con su doctor. Sucede que ella ha olvidado los últimos cinco años de su vida. Leo ya había
sido advertido por la Dra. Fishman (Wendy Crewson), sobre esta posibilidad, de
pérdida total o parcial de memoria, y que podría a su vez reflejarse, a corto o
largo plazo. Todo dependiendo de la gravedad del daño cerebral.
La lesión
sufrida por Paige significa, increíblemente, no sólo que ha perdido todo
recuerdo de su matrimonio y de cualquier aspecto en general sobre ese período
de su vida. Conjuntamente conserva en su cabeza, y vívidamente, todo recuerdo
de su pasado en casa de sus padres, anterior a su partida, además de acordarse
de estar comprometida con Jeremy (Scott Speedman), su antiguo novio.
En
definitiva, la pérdida de memoria podría distanciarla de la persona a la que
más amaba hasta hacía solo un rato y funcionar a la inversa con respecto a
unos padres que, habiendo perdido contacto con su hija, planean recuperarla. Bill y
Rita Thornton (Sam Neill y Jessica Lange), con quienes estaba peleada hasta
antes del accidente y no se hablaba. Pero Paige ni siquiera recuerda haberse
marchado de la casa. En el caso de Jeremy (Scott Speedman), por otra parte, sus recuerdos de esa relación
están ahora más frescos que nunca.
Que Paige
no reconozca a Leo equivale a que para ella, quien le asegura ser su
marido sea un completo desconocido. Y ¿cómo se supone que, de pronto te
despiertes, para que alguien a quien asegurás nunca haber visto, te diga estar
unido a ti en el más fuerte de los lazos? Encima, cuando te dan de
alta, esa misma persona pretende llevarte consigo.
Con Bill,
Rita y Jeremy en el medio, Votos de Amor se vuelve un complicado
entrecruce de dilemas existenciales y amorosos, y la lucha de intereses entre un
pobre joven desgraciado y tres despiadados oponentes. Ambas partes desean
ganarse la confianza y el afecto de una Paige confundida, que no tiene ni idea
de hacia qué lado agarrar.
En cuanto
a Paige, el hecho de tener que asumir que ya no es la chica de la que se acuerda,
la que, en su cabeza aún vive con sus padres y quiere estudiar derecho, resulta otro fuerte golpe. Al habérsele borrado
todo acerca de su matrimonio, le es muy difícil preocuparse por no herir a
Leo, cuando él la ama, y en cambio ella, una y otra vez, no puede serle
recíproca. Parece que se tratara de un acto constante de egoísmo, pero no es
así. Lo que ocurre es que en su mente todo está confuso y necesita
pensar.
Aunque Paige
es quien ha sufrido la peor suerte en el impacto, en realidad se hace más fácil
compadecer con Leo, y no, con ella. Porque Paige perdió la memoria, pero Leo, a
su compañera. Para Paige podría hasta llegar a ser todo tan simple como volver
con sus padres y retomar en donde antes dejara. Pero para Leo eso
equivaldría a hacer borrón y cuenta nueva y empezar desde cero.
Votos e amor nos invita
a reflexionar, si es que ya no lo hemos hecho, sobre cuál es, realmente, el
significado de decir que sí a esa unión legal, pero más que nada, sentimental, que
es el matrimonio, tanto en las buenas como en las malas, pero sobre todo en
las malas, sea en el ámbito que fuese y aunque el otro no sepa quién eres.
Por todo esto es que no veo
correcto decir que está película sea una más del montón. Es cierto que, de
alguna manera sí cumple con la misma estructura general de cualquier filme
romántico, si bien su desarrollo, diría yo, plantea un conflicto que no tiene
nada de tonto y que amerita seguir de cerca.