Título: Lars and the Real Girl (Lars y la Chica Real)
Año: 2007
Género: Comedia, Drama
Género: Comedia, Drama
Director: Craig Gillespie
Guión: Nancy Oliver
Duración: 106min
Reparto: Ryan Goslin, Emily Mortimer, Paul Scheinder, Patricia
Clarkson
Produc.: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Sidney Kimmel Entertainment, Lars
Productions
Presup.: $12 millones aprox.
Lars y la Chica Real es la historia de Lars
(Ryan Goslin), un joven tímido y solitario, que no da indicios de que vaya a encontrar
a su media naranja. Hasta que un día, sin embargo, dice a su hermano Gus (Paul
Schneider), que hay una muchacha que le gustaría presentarle. Salvo que esta
novia es una muñeca de tamaño real, pedida por correo electrónico.
Aquí se toca un concepto realmente
interesante. Se pregunta y luego contesta, sobre
lo que haríamos si un día nos viéramos enfrentados a una situación tan
disparatada, tan fuera de lo ordinario, que acabáramos preguntándonos, porqué
eso nos tuvo que pasar a nosotros. Porqué a mí, y no, al vecino.
Lo que es en efecto disparatado, y no es algo
menor, si de pronto, nuestro hermano menor empezara a relacionarse con una
muñeca, la cual dentro de su trastorno psicológico, además le contesta. Como
primera reacción ante tal bizarreada, Gus se muestra impotente, perturbado,
mientras que su esposa Karin (Emily Mortimer), es a quien más fácil se le hace
mantener la calma. A partir de este momento, lo más inmediato es llevar a Lars a
un psicólogo y ver desde ahí como lidiar con semejante trastorno.
Lo interesante de la película
pasa por el tipo de recibimiento que obtiene Lars de sus parientes, amigos y
vecinos. Algunos se muestran contrarios a la idea de juntarse con semejante
“lunático”, y otros, en cambio, comprenden que lo mejor es tomar el otro camino y
tratar a Lars como a un ser humano, con respeto, y ayudar a sus familiares en
todo aquello posible. Es en este punto en donde la película hace su mejor
trabajo, mostrándonos que todas las personas somos diferentes y que, de nada
sirve el rechazo. Además se pone énfasis en que no hay nada de malo en tener
miedo, mientras tengamos a alguien a quien pedir ayuda. Uno, también ha de tener
en cuenta que la enseñanza de esta película es, en muchos sentidos, bastante
obvia, si bien muchas veces necesitamos que se nos repita el mensaje más de una
vez y en más de una forma.
Otro elemento muy bien
presentado, refiere a la propia personalidad de Lars. Él nos es descrito, no
sólo como un tipo introvertido, sino como alguien que no aparenta tener
intenciones de expandir su abanico de relaciones humanas. Alguien que tras
recibir una flor con el mensaje “Dásela a alguien agradable”, se deshace de
ella, apenas puede y justo frente a Margo (Kelli Garner), una chica agradable y
atractiva, quien le ha hecho bien claras sus intenciones.
Pese a esto, más adelante
entenderemos que Lars no deja ver a otros, precisamente lo que siente, cuando se
aparezca con una chica que vio, por primera vez, en la web, y que conoció,
personalmente, tras abrir una caja. Lo que, de manera brillante nos muestra la
película, es la enigmática psique de un individuo, quien ha traído a su muñeca
porque es su única manera de expresar unos sentimientos que tiene muy aferrados
y no consigue exteriorizar, y que no dejará ir a Bianca (la muñeca) hasta no
ver solucionadas estas inquietudes.
Asimismo, Lars y la Chica
Real se vale de algunos simbolismos muy ocurrentes, a la hora de contar, aún
mejor, el relato. Uno se ve cuando Lars se pone a leer a Bianca, y si uno le
presta mucha atención, el libro que tiene en sus manos es “Don Quijote”, cuyo
personaje principal padece, también, problemas de cordura. El otro es un
simbolismo que vemos desde que Bianca aparece en escena y que nos llega por
intermedio de su figura misma. Si se está atento a su rostro, uno puede ver que
su expresión se va modificando a medida que van cambiando, también, las
circunstancias con las que Lars se enfrenta, de manera que podemos entender
mejor cómo él se está sintiendo a través de su muñeca, llamémosle,
“terapéutica”.
A modo de redondeo, no debe
quedar afuera algo tan vital como es que las personas que rodean a Lars se vean
predispuestas a ayudarlo, al punto de tratar a Bianca como si de un ser humano,
de carne y hueso, se tratase. Karin, por ejemplo, llega al punto de ponerse a
bañar ella misma a Bianca o de vestirla, también, para dormir. Lo que nos lleva
al momento culminante de la historia, en donde inclusive los paramédicos del
pueblo se muestran dispuestos a formar parte de esta gran ilusión. Todo sea por
apoyar a Lars en su conflicto.