miércoles, 18 de enero de 2012

"¿Adivinen quién viene a cenar?"

Título: Lars and the Real Girl (Lars y la Chica Real)
Año: 2007
Género: Comedia, Drama
Director: Craig Gillespie
Guión: Nancy Oliver
Duración: 106min
Reparto: Ryan Goslin, Emily Mortimer, Paul Scheinder, Patricia Clarkson
Produc.: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Sidney Kimmel Entertainment, Lars Productions
Presup.: $12 millones aprox.

Lars y la Chica Real es la historia de Lars (Ryan Goslin), un joven tímido y solitario, que no da indicios de que vaya a encontrar a su media naranja. Hasta que un día, sin embargo, dice a su hermano Gus (Paul Schneider), que hay una muchacha que le gustaría presentarle. Salvo que esta novia es una muñeca de tamaño real, pedida por correo electrónico.
Aquí se toca un concepto realmente interesante. Se pregunta y luego contesta, sobre lo que haríamos si un día nos viéramos enfrentados a una situación tan disparatada, tan fuera de lo ordinario, que acabáramos preguntándonos, porqué eso nos tuvo que pasar a nosotros. Porqué a mí, y no, al vecino.
Lo que es en efecto disparatado, y no es algo menor, si de pronto, nuestro hermano menor empezara a relacionarse con una muñeca, la cual dentro de su trastorno psicológico, además le contesta. Como primera reacción ante tal bizarreada, Gus se muestra impotente, perturbado, mientras que su esposa Karin (Emily Mortimer), es a quien más fácil se le hace mantener la calma. A partir de este momento, lo más inmediato es llevar a Lars a un psicólogo y ver desde ahí como lidiar con semejante trastorno.
Lo interesante de la película pasa por el tipo de recibimiento que obtiene Lars de sus parientes, amigos y vecinos. Algunos se muestran contrarios a la idea de juntarse con semejante “lunático”, y otros, en cambio, comprenden que lo mejor es tomar el otro camino y tratar a Lars como a un ser humano, con respeto, y ayudar a sus familiares en todo aquello posible. Es en este punto en donde la película hace su mejor trabajo, mostrándonos que todas las personas somos diferentes y que, de nada sirve el rechazo. Además se pone énfasis en que no hay nada de malo en tener miedo, mientras tengamos a alguien a quien pedir ayuda. Uno, también ha de tener en cuenta que la enseñanza de esta película es, en muchos sentidos, bastante obvia, si bien muchas veces necesitamos que se nos repita el mensaje más de una vez y en más de una forma.
Otro elemento muy bien presentado, refiere a la propia personalidad de Lars. Él nos es descrito, no sólo como un tipo introvertido, sino como alguien que no aparenta tener intenciones de expandir su abanico de relaciones humanas. Alguien que tras recibir una flor con el mensaje “Dásela a alguien agradable”, se deshace de ella, apenas puede y justo frente a Margo (Kelli Garner), una chica agradable y atractiva, quien le ha hecho bien claras sus intenciones.
Pese a esto, más adelante entenderemos que Lars no deja ver a otros, precisamente lo que siente, cuando se aparezca con una chica que vio, por primera vez, en la web, y que  conoció, personalmente, tras abrir una caja. Lo que, de manera brillante nos muestra la película, es la enigmática psique de un individuo, quien ha traído a su muñeca porque es su única manera de expresar unos sentimientos que tiene muy aferrados y no consigue exteriorizar, y que no dejará ir a Bianca (la muñeca) hasta no ver solucionadas estas inquietudes.
Asimismo, Lars y la Chica Real se vale de algunos simbolismos muy ocurrentes, a la hora de contar, aún mejor, el relato. Uno se ve cuando Lars se pone a leer a Bianca, y si uno le presta mucha atención, el libro que tiene en sus manos es “Don Quijote”, cuyo personaje principal padece, también, problemas de cordura. El otro es un simbolismo que vemos desde que Bianca aparece en escena y que nos llega por intermedio de su figura misma. Si se está atento a su rostro, uno puede ver que su expresión se va modificando a medida que van cambiando, también, las circunstancias con las que Lars se enfrenta, de manera que podemos entender mejor cómo él se está sintiendo a través de su muñeca, llamémosle, “terapéutica”.
A modo de redondeo, no debe quedar afuera algo tan vital como es que las personas que rodean a Lars se vean predispuestas a ayudarlo, al punto de tratar a Bianca como si de un ser humano, de carne y hueso, se tratase. Karin, por ejemplo, llega al punto de ponerse a bañar ella misma a Bianca o de vestirla, también, para dormir. Lo que nos lleva al momento culminante de la historia, en donde inclusive los paramédicos del pueblo se muestran dispuestos a formar parte de esta gran ilusión. Todo sea por apoyar a Lars en su conflicto.

Mi puntaje: 9/10


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"Cuando el humano subestimó al simio"

Título: Rise of the Planet of the Apes (El Planeta de los Simios: la Revolución)
Año: 2011
Género: Acción, Drama C. Ficción
Director: Rupert Wyatt
Guión: Rick Jaffa, Amanda Silver, Pierre Boulle (sugerida a partir de la novela “La planète des singes”) Duración: 105min
Reparto: James Franco, Freida Pinto, John Lithgow, Brian Cox, Tom Felton, David Oyelowo, Tyler Labine, David Hewlett
Produc.: Twentieth Century Fox Film Corporation, Chernin Entertainment, Dune Entertainment
Presup.: $93 millones aprox.


El Planeta de los Simios: la Revolución nos cuenta la historia de Will Rodman (James Franco),  un científico dedicado a buscar la cura del Alzheimer, que acaba teniendo en sus manos el cuidado de un bebé chimpancé, cuya estructura cerebral ha sido químicamente alterada, y que terminará siendo quien lidere toda una ofensiva, de simios contra hombres.
El año pasado tuve el privilegio de ver en mi casa la película original de El Planeta de los Simios de 1968 y que fuera protagonizada por el reconocido Charlton Heston. Al principio tenía mis dudas respecto a qué era lo que me iba a encontrar, considerando que se trataba de una producción muy anterior a mi época. Por consiguiente, me intrigaba todo lo relacionado a los efectos especiales de ese entonces, o, también, el ver cómo habían sido resueltos los maquillajes de los simios, obviamente primitivos, si los comparáramos con los avances de hoy en día.
Pronto, Charlton Heston y sus otros dos compañeros de misión eran capturados, y fue así como pude ver a los simios, sin sentirme en absoluto, decepcionado por sus maquillajes de finales de los sesenta. Pero sobre todo, me llamó gratamente la atención encontrarme con un guión increíblemente bueno y en donde cada una de las secuencias era de por sí atrapante. Y sobre todo, que tras una película tan buena, su final implicaba un giro sorpresivo en la historia.
La razón por la cual hago este repaso, es mi objetivo de realizar una breve comparación entre la cinta del 68 y su precuela, curiosamente rodada muchos años más tarde. Es, a mi parecer, la mejor manera de saber cómo valorar, correctamente, la última de las dos propuestas. Lo que ocurre es que, si uno ya ha visto la primera película, entonces, la segunda, seguramente le resulte un mero entretenimiento. No estoy diciendo que eso sea malo, aunque sí, esta El Planeta de los Simios carece del excelente nivel de su predecesora. Tampoco sería correcto decir que la cinta de Rupert Wyatt no haya sido muy bien pensada, puesto que el planteo que se hace para que los simios se revelen y se escapen, es convincente. Sin embargo, la principal falencia de este nuevo guión, recae en la exagerada importancia concedida a los efectos especiales. Wyatt no deja de dedicarle sus momentos, tanto al comportamiento y razonamiento animal, como a la relación entablada entre Will y su simio César, pero luego, también, dedica muchos minutos a mostrar animales digitales, conduciendo una ciudad al caos. Es aquí cuando la historia pierde su componente más interesante, para convertirse en una simple batalla entre oprimidos y opresores. Tratándose, además, de un producto creado para llenar butacas, se ha hecho todo lo posible para que las escenas de mayor acción fueran en extremo sorprendentes. De ahí que los simios fueran capaces de cruzar un puente, incluso por lugares en donde en la vida real les hubiera sido imposible, o mostrarnos a un orangután saltando desde un puente a un helicóptero.
Finalmente, podemos dedicarle un breve comentario a la resolución final de la película, y sobre la cual puedo hacer dos acotaciones. Por un lado, recalcar que a diferencia de la cinta del 69, acá se hace muy predecible cómo va a acabar. Ya desde que César mira el puente a lo lejos, desde lo alto de un árbol, sabemos que lo que está contemplando es su vía de escape. Lo segundo es más que nada mencionar una flaqueza en el guión, ya que se explica que los simios escapan de la ciudad para llegar a un monte, que será luego el lugar estratégico en donde sigan evolucionando, se organicen y terminen por dominar al ser humano. Sin embargo, este lugar no queda ni remotamente lejos del suelo enemigo. Siendo así la cosa, sería ridículo pensar que estos animales disponen de la mínima oportunidad de iniciar allí su acenso al poder, ya que sería sólo cuestión de horas para que los americanos enviaran a su ejército y acabaran con estos simios rebeldes, quienes se están recién encaminando, hacia encontrar su mayor fortaleza unidos. Esto quiere decir que se hace más verosímil que la raza humana se vaya a extinguir por culpa de un virus transmitido por los primates (como se sabe al final), que creer que el motivo mismo que llevará a estos primates a crecer como comunidad autónoma para auto gobernarse recaiga, no sólo en su independencia, sino, además, en su nueva re locación geográfica, pegados a la sociedad de su cazador, un hombre que con armamento ya desarrollado.
De todos modos, en líneas generales esta película está bastante bien contada y cada uno de los efectos especiales, ya sea en la escena del puente, como en los simios agregados por computadora desde el minuto uno, han sido impecablemente diseñados, producto de lo mejor en tecnología digital. Demás está decir, que uno no tiene tiempo para aburrirse.

Mi puntaje: 6/10


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