domingo, 5 de octubre de 2014

"Lo que pasa en la cama, queda en la cama"

Título: Sex Tape (Nuestro Video Prohibido)
Año: 2014
Género: Comedia
Director: Jake Kasdan
Guión: Kate Angelo, Jason Segel y Nicholas Stoller (guión)
Duración: 94min
Reparto: Cameron Diaz, Jason Segel, Rob Corddry, Ellie Kemper, Rob Lowe, Harrison Holzer,
Produc.: Escape Artists, LStar Capital, Media Rights Capital, Sony Pictures Entertainment
Presup.: $40 millones aprox.

Las opiniones sobre la importancia del sexo son muy variadas y los hay tanto quienes precisan hacerlo con frecuencia, como quienes no lo ven tan necesario. Sin embargo sería engañarnos, decirnos que una buena actividad sexual no ayuda a una buena relación, porque el entendimiento en una pareja no sólo pasa por el buen diálogo.
Cómo vemos en Nuestro Video Prohibido, los jóvenes Annie (Cameron Diaz) y Jay (Jason Segel) no tienen problemas en esta área, siendo perfectamente capaces de adaptarse a distintos escenarios para sus revolcones, siendo esta una actividad que practican a menudo. Sólo que a veces la práctica monógama puede llevarnos al descuido, y si bien nunca queda claro si existen intereses reproductivos, las consecuencias quedan a la vista. Clive (Sebastian Hedges Thomas) y Nell (Giselle Eisenberg) son dos niños que, buscados o no, acaban llegando, requiriendo de atención e imposibilitando a sus padres de tener intimidad.
Algo que no dudo que también sea cierto (aún, no siendo padre) es que no debe haber nada más gratificando que tener hijos y dedicarte a ellos. Se trata de seres especiales que te cambian tus prioridades y manera de pensar, y por quienes se supone que disfrutas el cambio. Lo que no quita que no haya momentos que todo padre tenga derecho a tomarse y la posibilidad de seguir manteniendo relaciones, es uno de ellos.
Aquí nunca se aclara si es que este matrimonio es desorganizado o qué, pero con sus hijos en la vuelta terminan haciendo a un lado el disfrute de sus propios cuerpos. Una práctica que luego no saben cómo retomar. Annie y Jay dominaban el arte de hacerlo, del mismo modo en que un jugador dominaría una pelota. Pero ahora la paternidad les ha quitado el entrenamiento, volviendo un fracaso sus intentos de ser los de antes. Con problemas tan inusuales como para que Jay tenga una erección, cuando antes su miembro pareciera un siempre listo boy scout, capaz de oler a Annie a la distancia. Aún así, Annie ya ha hablado con su madre y esa noche la casa es toda para ellos, por lo que soluciones han de encontrarse ahora mismo.
Podrán muchos discrepar con esto de filmarse, pero yo creo que, más o menos loco, en la intimidad cada uno hace lo que le plazca y fantasea como más le divierta. En este caso, obviamente, estamos ante una comedia, por lo que esta locura debe, sobre todo, verse con humor. Aunque debemos comprender que Annie no sale con esta idea, tanto por querer hacer algo picaresco como por querer apicantar las cosas y volver a tener esa chispa sexual que parece perdida. Yo diría entonces que la idea tampoco es mala, sino entendible. Como dije antes, en la intimidad, cada uno a su manera.
Por suerte para la pareja, la ocurrencia tiene como resultado tres largas horas de aquello que llevaban postergando desde hacía tanto. Desafortunadamente, su video hot queda luego guardado en la computadora de Jay, quien accidentalmente lo envía a varios contactos, a través de sus iPads. Jay explicará a Annie cómo es que eso ha ocurrido, aunque entenderlo no es relevante. Basta con saber que otros podrían verlo, 
Hace poco justo empecé a ver la ya finalizada sitcom How I met your mother en la cual también trabajara Jason Segel, y lo pongo a colación sólo para recalcar que, con un buen guión, a este actor le va bien la comedia. En cambio en Nuestro Video Prohibido Segel carece de la magia que lo caracterizaran a él y al resto del elenco de esa serie. Sobre todo porque en ella Segel había contado con buen material, cosa que acá no sucede, siendo este un paso en falso, que esperemos, ya haya sabido remediar.
Una vez que Annie y Jay son conscientes de su embrollo, una comedia que es poco graciosa se vuelve del todo ridícula. Annie y su marido inician un recorrido desesperado, en busca de esas copias, pero sin idea de lo que harán para obtenerlas. Creo que ni el propio Segel (acá co-guionista), ni sus compañeros libretistas supieron cómo ser originales, decidiendo que estaría bueno verlo a él recibir golpes y a ella consumiendo cocaína. Además, no podía faltar la rareza de ver a Rob Lowe como un excéntrico empresario, en cuya casa hay pertubardores cuadros con imágenes de El Rey León (1994) y en donde su rostro sustituye, en cada una, al del personaje mostrado. A qué va esto, ¿podrìa uno preguntarse? Supongo que la cocaína realmente circuló.
Lo único que termina siendo mínimamente gracioso, o diría que, más bien curioso, es cuando nosotros mismos conseguimos ver parte de ese video, justo al final, y que es lo más divertido. Tiene que haber sido genial para los actores poder rodar varios segmentos de un video erótico falso.

Mi puntaje: 1/10


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