miércoles, 19 de septiembre de 2012

"Ser de los nuestros tiene su precio"

Título: Indocumentados (Undocumented)
Año: 2010
Género: Terror
Director: Chris Peckover
Guión: Chris Peckover, Joe Peterson
Duración: 96min
Reparto: Scott Mechlowicz, Alona Tal, Yancey Arias, Greg Serano, Kevin Weisman, Peter Stormare
Produc.: Sheperd Glen Productions
Presup.: $1.400.000 millones aprox.

.En Indocumentados, un equipo de estudiantes documentalistas se une a un grupo de mejicanos, con la intención de registrar su cruce ilegal a los Estados Unidos.
Travis (Scott Mechlowicz) es el director; Davie (Greg Serano), el camarógrafo; Jim (Kevin Weisman) el sonidista; y Liz (Alona Tal), la productora. Estos cuatro amigos han decidido seguir desde muy cerca un intento de emigración. Está claro que para ellos, el fin justifica los medios.
Poco antes de partir, el equipo conoce a Alberto (Yancey Arias), uno de los interesados en marcharse. Hechas las presentaciones, Alberto le habla a la cámara. Este hombre, que está a punto de infringir la ley, sonríe mientras cuenta su historia, feliz por la oportunidad que mañana se le abre. Su relato se resume a un gran deseo por concederle una mejor calidad de vida a su esposa e hija.
Antes de que presenciemos qué es lo que les depara, tanto a realizadores como a mejicanos, rápidamente se nos habrá planteado esta problemática político – social tan compleja. La misma, probablemente muy difícil de entender, si uno no ha nacido en alguno de estos dos países norteños.
Durante la entrevista, Alberto en ningún momento se muestra sobrador, y en cambio, su alegría es sincera. Con esto, lo que quiero decir es que seguramente este individuo jamás haya querido llegar a eso, de poder evitarlo. Su situación, sin embargo, lo acabaría obligando a tener que recurrir a esas medidas. Si es o no, justificable, eso ya es otra cosa. Yo, por supuesto, sólo lo expongo, consciente de que es mucho más fácil decirlo desde afuera, cuando no se está en alguno de los dos bandos.
El equipo de filmación sigue entonces los pasos de estos ilegales. Con ellos, primero atraviesan un túnel subterráneo. Luego se suben a un camión, de donde antes les hicieran juegos de luces. Una vez que están todos arriba es cuando los riesgos se incrementan, hasta que la suerte los abandona.
Indocumentados lleva al extremo, y a sus últimas y más impensables consecuencias, el rechazo hacia el intruso. Lo normal, en un caso de esta índole, sería acabarse uno encontrando con la patrulla fronteriza. En este caso, eso sería hasta motivo de risa. En vez de cuerdos cumplidores de la ley, lo que se encuentran es a una banda de patriotas encapuchados, que se toman la infracción demasiado a pecho. Su líder es el temible Z (Peter Stormare), un sádico para quien el cruce no permitido significa que merecen una pena.
Cuando documentalistas y mejicanos son hechos prisioneros, la situación para los hispano hablantes es la peor, ya que bien podrían acabar siendo torturados al más puro estilo de Hostal (2006). En cambio, para el equipo de estudiantes, Z ya ha reservado otros planes. Puesto que son realizadores, de que filmen sus atrocidades al pie de la letra dependerá si él acaba o no, con ellos. Pero lo que sí queda claro a todos, es que con esos encapuchados no se juega. Es que Z ya posee en sus instalaciones toda una colección de ilegales, a quienes tiene atrapados y en condiciones inhumanas.
Hay en la película dos escenas que sobresalen por su crueldad. En una, vemos cómo Z le concede la libertad a Selina (Lorél Medina), la hija de Alberto, y quien debe despedirse inmediatamente de sus padres y salir disparando, si quiere salvarse. Z le dice a la niña qué camino ha de seguir, pero consciente de que el miedo acabará por jugarle una mala pasada. Más tarde, en un fallido intento de escape, los jóvenes logran ver cómo la pequeña había acabado enredándose en los alambrados de púa que rodeaban la zona. Una imagen realmente cruda y desalentadora, y más para Alberto.
En otra escena, Alberto es sentado delante de una bandera estadounidense desplegada y obligado a responder correctamente a algunas preguntas de historia americana. Por cada respuesta que no sepa, su esposa será severamente castigada. La escena en sí busca generar dolor, aunque también hace, nuevamente, referencia a cuestiones políticas.
Al final, Indocumentados es una entretenida película de horror, que toma esta problemática social de siempre, y trata de imaginarse cómo sería si hubiese reprimendas más extremistas.

Mi puntaje: 7/10


To access the english version click here