jueves, 27 de septiembre de 2012

"Un camino que no tomó sólo un día"

Título: Hacia el Oeste (Into the West) 
Año: 2005
Género: Western, Aventura, Drama, Histórica 
Formato: Miniserie
Director: Robert Dornhelm, Simon Wincer, Sergio Mimicca-Gezzan, Michael W. Watkins y Timothy Van Patten
Guión: William Mastrosimone, Cyrus Nowrasteh, Craig Storper y Kirk Ellis 
Duración: 552min 
Reparto: Matthiew Settle, Skeet Ulrich, Michael Spears, Tonantzin Carmelo, George Leach, Zahn McClarnon, Simon R. Baker, Sean Blakemore, Josh Brolin, Garey Busey, Will Patton, Francesco Quinn, Geno Silva, Alan Tudyk, Beau Bridges, Jessica Capshaw, Emily Holmes, Robert Maloney, Keri Russell, Jay Tavare, Nathaniel Arcand, Sean Astin, Irene Bedard, Gil Birmingham, Tyler Christopher, Balthazar Getty, Daniel Gillies, Graham Greene, Christian Kane, Russell Means, Matthiew Modine, Tyler Posey, John Terry, Sheila Tousey, Rachael Leigh Cook, Annabella Piugattuk, Tom Berenger, Wes Studi
Produc.: Dreamworks Television, Voice Pictures
Presup.: $50 millones aprox.

En Hacia el Oeste, por intermedio de dos familias, una de blancos y la otra de nativos americanos, se nos cuenta el proceso mediante el cual, el hombre blanco acabaría adueñándose de la totalidad del territorio de los Estados Unidos. 
Steven Spielberg ejerce de productor ejecutivo en esta miniserie de seis partes, que va desde 1820 a 1890. En ella se muestra la interminable pelea, mantenida entre estas dos razas, durante la conquista del oeste y la final caída de los indios. 
Jacob Wheeler (Matthiew Settle) es un joven ruedero, que a comienzos de siglo, vive y trabaja en la ficticia Wheelerton, en Virginia, junto a su familia. Un día, un montañero le habla maravillas de la frontera oeste y Jacob decide dejar su hogar e ir a conocerla. Lo acompaña en este viaje su hermano Nathan (Alan Tudyk). 
En otro entorno tenemos a los Lakota, cuyo anciano curandero, Oso Que Gruñe (Gordon Tootoosis), ha tenido una visión preocupante. En ella se le ha informado de lo que habrá de suceder, si las cosas siguen su rumbo actual. Muy pronto llegará el día en que ya no haya búfalos en las praderas. 
Ante algo tan controversial, Águila de Alto Vuelo (Gerald Auger), su aprendiz, logra convencer a la tribu, de ignorar esa profecía. Mientras tanto, el pequeño Pluma Blanca (Chevez Ezaneh) se propone a investigar esto por su cuenta. Poco antes de morir, Oso Que Gruñe le hace entrega de un collar que simboliza a la rueda medicinal de los Lakota. Este irá pasando de generación en generación, en cada episodio. 
Retomando con Jacob, nuestro personaje logra dar con el legendario explorador Jedediah Smith (Josh Brolin), en donde se combinan la ficción (Jacob) con la realidad (Smith). Luego de hasta enfrentarse juntos a la muerte, ellos se separan. Jacob termina tomando parte en una subasta, en donde se vende a una joven india. Él, al igual que los otros postores, arroja cifras, cada vez más altas, no dudando en aclarar su objetivo de liberar a la cautiva, y que a nadie causa gracia. Jacob es retado a un duelo y sale victorioso, y luego él y la india Mujer Corazón de Trueno (Tonantzin Carmelo) toman camino hacia los Lakota. Ya en la tribu, Jacob expresa su deseo de hacerla su esposa, no encontrando opositores. Jacob y ella contraen matrimonio y pocos años más tarde, ellos son los felices padres de: Abraham Lobo Alto , Jacob Jr. Nube Alta y Margaret Luz Que Brilla. 
Cada capítulo supone una oportunidad para interesarse y aprender sobre el pasado histórico de los Estados Unidos, mientras que uno se entretiene con espectacularmente recreadas, escenas de batalla, entre indios y blancos. Asimismo, están las distintas sub tramas, que siempre están uniendo, unos con otros, a los varios personajes principales. Con el avance de la narración, ya dejan de ser los primeros protagonistas, blancos o lakotas, los que sean directamente afectados por las circunstancias, pasando a ser las nuevas generaciones, las que viven los nuevos cambios. 
Gracias a un trabajo de escritura extremadamente cuidadoso, ha sido que los tiempos que esta miniserie concediera a cada detalle, fueran correctos. Desde la llegada a California y a Oregón, llevada a cabo por Jedediah Smith y su grupo de jinetes (1826), hasta momentos tales como la invención del telégrafo (1844), la elección de Lincoln (1860) o el patentado del alambre de púas (1874).
No obstante, y más allá de lo anecdótico de cualquier fecha significativa, debe quedarnos claro cuál es el propósito central buscado. Aquí, más que nada se pretende que veamos y entendamos, cómo sería exactamente, que el hombre blanco llegaría a catalogar como “suyo” a este territorio, que de hecho, ya tenía dueño. Por suerte, tampoco se comete el error de mostrar a todos los blancos como mala gente, algo que hubiera sido injusto, además de falso. La miniserie trabaja mucho con los matices, mostrando a aquellos cuyo deseo había sido, claramente conquistar, y a aquellos que sólo habían querido la paz. Se explican, además, las varias razones que impedirían a los indios, de poder vencer a tan cruel enemigo. 
Hacia el Oeste es, para mi gusto, el más entretenido de los cursos de historia. De esos que uno no quería nunca, que acabaran. 

Mi puntaje: 9/10


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miércoles, 19 de septiembre de 2012

"Ser de los nuestros tiene su precio"

Título: Indocumentados (Undocumented)
Año: 2010
Género: Terror
Director: Chris Peckover
Guión: Chris Peckover, Joe Peterson
Duración: 96min
Reparto: Scott Mechlowicz, Alona Tal, Yancey Arias, Greg Serano, Kevin Weisman, Peter Stormare
Produc.: Sheperd Glen Productions
Presup.: $1.400.000 millones aprox.

.En Indocumentados, un equipo de estudiantes documentalistas se une a un grupo de mejicanos, con la intención de registrar su cruce ilegal a los Estados Unidos.
Travis (Scott Mechlowicz) es el director; Davie (Greg Serano), el camarógrafo; Jim (Kevin Weisman) el sonidista; y Liz (Alona Tal), la productora. Estos cuatro amigos han decidido seguir desde muy cerca un intento de emigración. Está claro que para ellos, el fin justifica los medios.
Poco antes de partir, el equipo conoce a Alberto (Yancey Arias), uno de los interesados en marcharse. Hechas las presentaciones, Alberto le habla a la cámara. Este hombre, que está a punto de infringir la ley, sonríe mientras cuenta su historia, feliz por la oportunidad que mañana se le abre. Su relato se resume a un gran deseo por concederle una mejor calidad de vida a su esposa e hija.
Antes de que presenciemos qué es lo que les depara, tanto a realizadores como a mejicanos, rápidamente se nos habrá planteado esta problemática político – social tan compleja. La misma, probablemente muy difícil de entender, si uno no ha nacido en alguno de estos dos países norteños.
Durante la entrevista, Alberto en ningún momento se muestra sobrador, y en cambio, su alegría es sincera. Con esto, lo que quiero decir es que seguramente este individuo jamás haya querido llegar a eso, de poder evitarlo. Su situación, sin embargo, lo acabaría obligando a tener que recurrir a esas medidas. Si es o no, justificable, eso ya es otra cosa. Yo, por supuesto, sólo lo expongo, consciente de que es mucho más fácil decirlo desde afuera, cuando no se está en alguno de los dos bandos.
El equipo de filmación sigue entonces los pasos de estos ilegales. Con ellos, primero atraviesan un túnel subterráneo. Luego se suben a un camión, de donde antes les hicieran juegos de luces. Una vez que están todos arriba es cuando los riesgos se incrementan, hasta que la suerte los abandona.
Indocumentados lleva al extremo, y a sus últimas y más impensables consecuencias, el rechazo hacia el intruso. Lo normal, en un caso de esta índole, sería acabarse uno encontrando con la patrulla fronteriza. En este caso, eso sería hasta motivo de risa. En vez de cuerdos cumplidores de la ley, lo que se encuentran es a una banda de patriotas encapuchados, que se toman la infracción demasiado a pecho. Su líder es el temible Z (Peter Stormare), un sádico para quien el cruce no permitido significa que merecen una pena.
Cuando documentalistas y mejicanos son hechos prisioneros, la situación para los hispano hablantes es la peor, ya que bien podrían acabar siendo torturados al más puro estilo de Hostal (2006). En cambio, para el equipo de estudiantes, Z ya ha reservado otros planes. Puesto que son realizadores, de que filmen sus atrocidades al pie de la letra dependerá si él acaba o no, con ellos. Pero lo que sí queda claro a todos, es que con esos encapuchados no se juega. Es que Z ya posee en sus instalaciones toda una colección de ilegales, a quienes tiene atrapados y en condiciones inhumanas.
Hay en la película dos escenas que sobresalen por su crueldad. En una, vemos cómo Z le concede la libertad a Selina (Lorél Medina), la hija de Alberto, y quien debe despedirse inmediatamente de sus padres y salir disparando, si quiere salvarse. Z le dice a la niña qué camino ha de seguir, pero consciente de que el miedo acabará por jugarle una mala pasada. Más tarde, en un fallido intento de escape, los jóvenes logran ver cómo la pequeña había acabado enredándose en los alambrados de púa que rodeaban la zona. Una imagen realmente cruda y desalentadora, y más para Alberto.
En otra escena, Alberto es sentado delante de una bandera estadounidense desplegada y obligado a responder correctamente a algunas preguntas de historia americana. Por cada respuesta que no sepa, su esposa será severamente castigada. La escena en sí busca generar dolor, aunque también hace, nuevamente, referencia a cuestiones políticas.
Al final, Indocumentados es una entretenida película de horror, que toma esta problemática social de siempre, y trata de imaginarse cómo sería si hubiese reprimendas más extremistas.

Mi puntaje: 7/10


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miércoles, 5 de septiembre de 2012

"Un lugar con mozos, con y sin bandeja"

Título: Fuera de carta 
Año: 2008 
Género: Comedia, Romántica
Director: Nacho G. Velilla 
Guión: Oriol Capel, David S. Olivas, Antonio Sánchez, Nacho G. Velilla 
Duración: 111min 
Reparto: Javier Cámara, Lola Dueñas, Benjamín Vicuña, Fernando Tejera, Alejandra Lorenzo, Junio Valverde 
Produc.: Ensueño Films, Antena 3 Televisión, Canguro Produzioni Internazionali Cinematografiche 
Presup: € 400 millones aprox. 

En Fuera de carta, Maxi (Javier Cámara) es un chef excelente, de inclinación homosexual, cuyo trabajo en su restaurante se ve alterado cuando ha de cuidar de sus dos hijos, recientemente huérfanos de madre. Al mismo tiempo, él y su camarera Alex (Lola Dueñas) conocen a su nuevo vecino de apartamento, Horacio (Benjamín Vicuña), por quien ambos se sienten atraídos. 
Maxi es dueño de “El Xantarella”, restaurante madrileño, ubicado en el distrito de Chueca. Para él, su mayor aspiración ha sido siempre lucirse ante los críticos y así poder consolidarse, ganándose una estrella Michelin. Dado que esto es una comedia, es precisamente que una de las primeras situaciones graciosas, sucede cuando Ramiro (Fernando Tejera), el encargado de los postres, confunde a un representante de neumáticos con un crítico. 
También ese mismo día, Alex se aparece en la cocina, puteando a todos los hombres, chorreando lágrimas y bebiendo alcohol, frustrada con su última relación. 
Así es como, en breves minutos, el director nos ha presentado al tipo de personajes que serían necesarios, para que luego, nos matásemos de la risa. 
En seguida después, ocurren dos situaciones que llevan a que el pobre de Maxi se sienta metido en un lío. Por un lado, la madre de sus hijos (con quien habían terminado tiempo atrás y quien ahora, padecía una enfermedad terminal), fallece, dejándole a Alba (Alejandra Lorenzo), una niña y a Edu (Junio Valverde), un adolescente. Para Maxi, nada de esto estaba en sus planes y lo aterra, por no saber qué hacer. 
Por si esto fuera poco, un nuevo vecino, el ex futbolista argentino Horacio, se muda a su edificio, resultando en que Alex se vea inmediatamente flechada y que su comportamiento pase a ser atontado, no al tanto de que ese tan buen mozo joven, apunta para el otro lado. 
Fuera de carta es una comedia que saca provecho de los misterios de la búsqueda del amor (sea este, del tipo que fuere), pero sobre todo y más que nada, valiéndose del siempre controversial asunto de la discriminación. Los chistes, aunque algo fuertes, no caen nunca en lo ordinario. Lo que la cinta da claramente a entender, es que cualquier persona homosexual dispuesta a disfrutarla, debería ser, con la película, capaz de reírse de sí misma. 
Es una propuesta en la que se ha sabido combinar muy bien el humor, con la transmisión de valores, sabiendo muy bien, Nacho G. Velilla, cuando era momento para bromear, y cuando, momento de impartir un buen mensaje de aceptación, en una sociedad que es excluyente. 
Asimismo, se concede igualmente su espacio al tema de la familia mono parental, la cual, ni se alienta ni se pena. Simplemente se nos describe el significado de tener que vivir en dichas circunstancias. En este caso, en donde tenemos, por un lado, a un hombre que, por primera vez debe ejercer ese rol y sin aún estar seguro de quererlo. Y por el otro, con dos chicos, que ante la reciente muerte de su madre, deben acostumbrarse a convivir con alguien, con quien hasta entonces no habían tenido ningún vínculo. 

Mi puntaje: 7/10


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