lunes, 27 de agosto de 2012

"Construyendo el terror, pieza a pieza"

Título: The cabin in the woods (La cabaña del terror)
Año: 2012
Género: Terror, Thriller
Director: Drew Goddard
Guión: Joss Whedon, Drew Goddard
Duración: 95min
Reparto: Kristen Connolly, Chris Hemsworth, Anna Hutchison, Fran Kranz, Jesse Williams, Richard Jenkins, Bradley Whitford, Brian White
Produc.: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Mutant Enemy, United Artist
Presup.: $30 millones aprox.

En La cabaña del terror, cinco amigos que se reúnen un fin de semana, acaban encontrándose con mucho más que los característicos peligros de un bosque tenebroso.
El público pedía a gritos que se lo escuchara. Pedía que se dejasen de hacer tantos remakes y tantas secuelas, hartos de ver siempre la misma historia. Pero es que en Hollywood, a los éxitos de taquilla se busca explotarlos hasta las últimas consecuencias. Los estudios prefieren contratar a gente dispuesta a negociarse un buen contrato, para retomar una idea, ya, más que exprimida y decirle que no, a proyectos más gratificantes, aunque menos lucrativos.
El público reclamaba, ante la falta de originalidad. Y así como Los Vengadores (2012) llegarían para salvarnos de la invasión, el propio Joss Whedon (quien adaptase a Stan Lee) llegaría para darnos un respiro, en este otro género.
Coescrita por él y por Drew Goddard, y dirigida por Goddard, su estreno había estado previsto para el 5 de febrero del 2010. Sin embargo, dada la intención de la MGM de convertirla al 3D, más su posterior anuncio de estar en quiebra, la espera se prolongaría. Finalmente, tanto Whedon como Goddard se opondrían a la conversión y tras serios problemas financieros la distribución de la película sería vendida a la Lions Gates Entertainment Corporation, para una llegada a salas el 13 de Abril del 2012.
Respecto a Whedon, él mismo daría una breve definición de lo que el cine de terror le significaba, y de aquello en lo que, a su parecer, este se había terminado convirtiendo. Diría también, cuál era el objetivo que él y su coguionista perseguían y que en parte describiría como: “…un intento por revitalizar el género…”, etc., etc.
Llegué a leer un montón de críticas que resaltaban lo bueno que era el resultado, además de, lo retorcido. Un amigo me dijo, vía Facebook, que más allá de su originalidad, tanto revuelo se debía, más que nada, a su estreno tan postergado. Me dijo también, que de todos modos la viera, pero que tuviera paciencia, porque al principio iba a parecerme tonta.
Yo me terminaría dando cuenta de que, ciertamente, no era para semejante alboroto.
Dana (Kristen Connolly), Curt (Chris Hemsworth), Jules (Anna Hutchison), Marty (Fran Kranz) y Holden (Jesse Williams), son los típicos personajes, inconfundibles en cualquier cinta de terror, que fuera sobre jóvenes y cabañas aisladas. Recuérdese, por ejemplo, el clásico Posesión Infernal (1981)  o Fiebre en la cabaña (2009).
          Por otro lado, Sitterson (Richard Jenkins) y Hadley (Bradley Whitford) son dos técnicos de una empresa, cuyo trabajo es manejar en simultánea varios escenarios, mediante los cuales están constantemente sembrando el pánico en distintas partes del mundo y de variadas formas. 
Lo que sigue, luego en la cabaña, es una sumatoria de clichés, que si bien puede que aburra, se entiende que no persigue el mismo cometido, ya conocido. Existe de hecho, una vuelta de tuerca. 
Tenemos a la romántica parejita (Curt y Jules), que tiene la ridícula ocurrencia de tener sexo en medio del bosque, en vez de en una cama, como gente racional. Ellos, como es evidente, terminan viéndoselas feas. O tenemos al payaso del grupo (Marty), quien, estando por las suyas, en el momento de ser atacado, logra salvarse. 
Este tipo de situaciones se desatan cuando los chicos tienen la feliz idea de bajar a un sótano (antes abierto por Sitterson), que nunca deberían haber pisado. Allí abajo, Dana toma un libro con textos en latín, y pese a que Marty se lo advierte, temeroso, ella lee un conjuro que despierta a los zombies.
Una vez que ya hemos visto un poco de lucha, sangre y muerte, uno querría que tanta paciencia tuviera su recompensa, pero los giros de la película no son ni cerca de lo notables y sorpresivos, que, como espectador, uno se esperaba.
Sí he de decir, no obstante, que lo que ha Whedon se le ha ocurrido, es que tanto sufrimiento se debiera a procedimientos, teóricamente necesarios, y por el bien de la mayoría de nosotros. Algo que, más adelante se nos aclara.
No podemos negar que se trate de algo novedoso. Salvo que, una vez revelada la primera gran sorpresa y cuando ya han muerto tres de los muchachos, la película se descansa en mostrarnos una masacre, con monstruos arrasando contra los sádicos responsables del proyecto, en lo que parece, fuese su castigo. De esta manera, se ha pasado de la originalidad al chiste fácil.
Se juega mucho con el concepto, obviamente ficticio, de que los jóvenes fuésemos unos tontos, siempre predispuestos a abrir las puertas del espanto (es decir, a meternos en donde no nos llaman), y donde, según Sitterson, eso tiene que pagarse. Que es, en realidad, una excusa para él justificarse.
Ya cuando gran parte del argumento ha sido desvelado y cuando la intriga ha dado paso a la cacería, es que la película empieza a perder su encanto, sólo sostenido por la final aparición de quien dirige la compañía.
Pero en resumen, ¿es esta, en definitiva, una gran película? Sinceramente, lo dudo. Más me inclino a pensar, que con su guión hayan sido capaces de contarnos un relato distinto, explotando los códigos más comunes, de un modo nunca antes visto. Aunque, con una conclusión que se me hizo muy tirada de los pelos. Dudo que eso alcanzase para decir que esto sea de lo mejor en terror de este año. Es, sí, entretenida, diferente y para pasar el rato.

Mi puntaje: 6/10


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