domingo, 25 de diciembre de 2011

"Hablale a mi mano"

Título: The Beaver (El Castor)
Año: 2011
Género:Drama
Director: Jodie Foster
Guión: Kyle Killen
Duración: 91min
Reparto: Mel Gibson, Jodie Foster, Anton Yelchin
Produc.: Summit Entertainmet, Participant Media, Imagenation Abu Dhabi FZ, Anonymous Content
Presup.: $21 millones aprox.

En El Castor, Walter Black (Mel Gibson) es un hombre depresivo, quien tras mudarse de la casa en la que vivía con su familia, encuentra un títere de castor, el cuál empleará para comunicarse con la gente que lo rodea.
Walter, excelentemente interpretado por Mel Gibson, padece una depresión severa, de la que ningún tipo de ayuda ha podido liberarlo. Si bien en la película no se revelan detalles médicos, está claro que basta con que entendamos que los trastornos psicológicos de Walter son tales que, es absolutamente incapaz de llevar adelante el rol de padre de familia. De ahí que, cuando Meredith consigue que se vaya a vivir solo, el mayor de sus hijos, Porter (Anton Yelchin), se muestra satisfecho ante la idea de no tener que ver más a ese “perdedor”. Ya por las suyas, una noche en la que Walter acaba de comprarse unas cuantas botellas de alcohol, abre la valija de su auto, mira en su interior y decide deshacerse de algunas cosas. Justo hay un contenedor de basura, a pocos metros. Walter arroja allí algunas pertenencias y es, entonces, cuando se topa con un castor de peluche. Curioso hallazgo que en un principio parecería no llamarle la atención, pero en seguida vemos, que la realidad es distinta. De vuelta tras su vehículo, Walter contempla el contenedor para, solo segundos después, acercarse a recoger el peluche. Una vez en sus manos, Walter mira al castor a los ojos, con la expresión de alguien que se pregunta qué hará una cosa como esa entre tanta porquería. En la escena siguiente, comprobamos la magnitud del dolor que siente Walter, quien incapaz de soportar su situación, se rinde a la bebida mientras lloriquea, con una botella en una mano y el castor enfundado en la otra. Pero eso no es todo. Walter usa su corbata para ahorcarse con el  caño de la ducha. Salvo que, por su peso, caño y cortina caen con él en la bañera, como si su baño quisiera decirle que el suicidio no es aceptable. Su última alternativa es probar con algo que no pueda fallar. Walter, castor en mano (caño y cortina al cuello), sube al muro de su balcón... Y de pronto escucha la voz del “castor”.
Ante la sorpresa, Walter se tambalea hacia atrás, entrando a su cuarto a los tropezones, cayendo al suelo, llevándose al televisor consigo y quedando inconsciente.
Cuando, rato más tarde, Walter despierte, él ya no se comportará de la misma forma.
Luego, cuando Meredith va a buscar a Henry Black (Riley Thomas Stewart) al colegio, le dicen que ya ha ido a buscarlo el padre. Asustada, Meredith conduce a su casa para encontrarse con un hombre, que se comunica con su hijo por intermedio de un títere. Es así que, ante una Meredith confundida, Walter le entrega, rápidamente, una tarjeta en la que reza: “La persona que le entregó esta tarjeta está bajo el cuidado de un títere preescrito, designado para crear una distancia psicológica entre él y los aspectos negativos de su personalidad”.
Al principio, vivir con un padre/marido que se comunica con el mundo a través de un peluche parlante, en cierta medida llega a tener lo suyo, ya que, por primera vez en mucho tiempo, Walter parece feliz y hasta es un tipo gracioso. Solo que las apariencias engañan.
A medida que uno avanza con la película, puede verse como Walter ha vuelto a funcionar a la par de todos, pero debido a un títere que, si bien, escena a escena pareciera tratarse de su terapeuta personal, es en realidad su manera de distanciarse del mundo. En cuanto a su castor, resulta tan divertido y simpático, además, con su aire intelectual y su acento británico, que es increíble pensar que, ni siquiera tenga vida propia y que no sea uno más de los intérpretes de la cinta. El problema es, sin embargo, que ningún ser humano puede pasarse la vida hablando con un títere en la mano.
En El Castor se combinan una muy buena fotografía, la gran labor, sobre todo de Mel Gibson (cómico, al que nunca vimos tan triste), sumadas a un guión excelente, en donde, inteligentemente se nos muestra, cómo cada miembro de la familia Black digiere y reacciona, todo lo que le ocurre al padre. Esto permite que nos adentremos con interés y curiosidad, en los conflictos internos de un perturbado Walter Black.

Mi puntaje: 9/10


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"Esa cosa que no es"

Título: The Invention Of Lying (La Invención de la Mentira)
Año: 2009
Género: Comedia, Fantasía, Romántica
Director: Ricky Gervais, Matthew Robinson
Guión: Ricky Gervais, Matthew Robinson
Duración: 100min
Reparto: Ricky Gervais, Jennifer Garner, Jonah Hill, Louis C. K., Jeffrey Tambor, Rob Lowe, Tina Fey
Produc.: Warner Bros. Pictures, Radar Pictures, Media Rights Capital, Lin Pictures, Lynda Obst Productions, Wintergreen Productions
Presup.: $18,5 millones aprox.

La Invención de la Mentira nos adentra en una realidad alternativa, en la que en pleno siglo XXI, el ser humano no es capaz de mentir, pero no porque considere que mentir sea algo malo, sino, directamente, porque dicho concepto aún no se ha inventado.
En este mundo en el que absolutamente todos dicen la verdad todo el tiempo, tenemos a Mark Bellison, un tipo, no muy atractivo, no muy exitoso y que está a punto de quedarse sin empleo. La película empieza cuando Mark conoce a Anna McDoogle (Jennifer Garner), chica con la que va a tener una cita. No bien ambos se ven la cara, Anna no se lo piensa dos veces, antes de decirle, exactamente, lo que le pasa por la cabeza. Anna va directo al grano, comentándole que no lo encuentra atractivo y que ya puede irse olvidando de la idea de que haya sexo. Y así, verdad tras verdad, es como transcurre una noche muy particular, aunque no por eso incómoda, dado que la verdad absoluta, expresada en todo momento, ya los tiene a todos acostumbrados.
De este modo y acabada la cita, conocemos, también, el ambiente laboral de Mark y así, cada una de las verdades que sus compañeros no dudan en decir en vos alta. Desde Shelley (Tina Fey), secretaria de Mark, quien no tiene reparos a la hora de repetirle, incansablemente, que hoy, muy seguramente vayan a despedirlo, o sobre lo mal que él le cae a ella. En seguida conocemos también a Brad Kessler, (Rob Lowe), su principal competidor guionista, quien en el correr de pocos minutos le dirá cuanto le desagrada también a él, cuan contento lo pone saber que lo van a echar, además de cuan amenazado se ha sentido siempre ante su presencia. Siguiendo a estas presentaciones, Mark es luego, definitivamente despedido por su jefe Anthony (Jeffrey Tambor).
Una vez puesto a un costado este ambiente de oficina, pasamos a conocer algunos otros detalles de su vida privada, como que su madre Martha (Fionnula Flanagan), internada en un geriátrico, sufre una enfermedad terminal, o sobre que Mark reside, al menos, momentáneamente, en un apartamento que él alquila. A eso, cuando su arrendatario se aparece pidiéndole los 800 dólares mensuales de pago, Mark tiene que ingeniárselas para evadir y posponer, su parte del acuerdo.
Lo cierto es que, en pocos minutos de película, el guión escrito por Gervais y Robinson es efectivo en su objetivo de mantenerlo a uno compenetrado con la historia, esto debido al hecho indiscutible, de que uno no pueda dejar de preguntarse el cómo será vivir en un mundo en el que no se conoce una sola mentira.
Todo dará entonces un giro, cuando Mark deba recurrir al banco por el dinero del alquiler. El problema, aquí, es que Mark sólo dispone de 300 dólares en su cuenta, suma que no es suficiente para evitar su desalojo. Entonces, Mark llega a la caja, pero antes de que pueda decir nada, la chica le hace saber que el sistema se ha caído y que no tienen forma de procesar los datos en las computadoras. No obstante, aquí es en donde Gervais y Robinson debieron de ponerse de acuerdo cuando escribían el guión, ya que ambos han coincidido en que se tomaran ciertas libertades narrativas, porque como todos bien sabemos, jamás un banco extendería dinero a un cliente, sino se ha chequeado antes en las computadoras. La joven opta por decirle a Mark, igualmente, que le diga cuánto dinero quiere sacar, desconociendo si su cliente posee dicha cantidad. Y acá es cuando ocurre el hecho que habrá de cambiar el rumbo de la historia. Mark debería pedirle sus escasos $300, pero muy adentro en su cabeza resuena el número 800 y esa es la cantidad que él pide. Dicho ya el número en voz alta, sucede lo inesperado y el sistema vuelve a ponerse en marcha, algo que preocupa a Mark, porque ha dicho algo que no debía, ha dicho una “mentira”. Aunque él mismo desconozca, si quiera, esa palabra. Entonces, la joven mira en su computadora, en donde reza $300, pero si Mark le ha dicho $800 (y dado que estamos en un mundo en el que mentir no existe), por ende tiene que haber habido un fallo en el sistema. Conclusión: debe extenderle esos $800 al cliente.
Cuando Mark sale victorioso del banco, podemos ver en su rostro la expresión de un individuo que parece que hubiera descubierto la pólvora, y es que, no es para menos. Mark acaba de hacer algo que ningún otro ser humano en la faz de la tierra ha hecho jamás y que además  le supone todo un universo de nuevas posibilidad, gracias a  la mentira. O mejor dicho, y a falta de un nombre para este nuevo concepto, gracias a: “decir algo que no es”.
Mark empezará a “decir cosas que no son”, para así probar a la gente y conocer cuan amplio es el repertorio de opciones que decir “aquello que uno debe” le abriría. Lo que entonces, ocurre, es que la gente, por desconocer completamente este concepto, termina creyéndole absolutamente todo lo que Mark les diga y en la película se muestran algunos ejemplos muy divertidos.
Sin embargo, la cinta se ha valido del momento detonante del retiro del dinero para que este se ramificara en dos nuevas situaciones claves. Por un lado, una vez que Mark aprende a mentir, consigue por varios medios hacerse con grandes cantidades de efectivo, lo que implica que ya no será más un perdedor y que Anna, la chica de la cita, y quien quería como pareja a un hombre atractivo y adinerado, podría ahora verlo, al menos parcialmente, de otro modo. Así es que Mark vuelve a llamarla y, perseverando, obtiene una segunda cita. De más está decir que, tratándose La Invención de la Mentira de una película original, argumentalmente hablando, pero asimismo de las que buscan (y no está mal) cerrar con el típico final feliz, para dejar sobre todo al público femenino contento, uno debe entender cómo, evidentemente, será el futuro entre Mark y Anna.
Y lo otro de lo que se habla en esta película, y que será para el gusto de muchos, y para el disgusto de otros tantos, es la religión. No se, en realidad, si alguno de los guionistas/directores de esta peli será ateo o agnóstico, pero sea cual sea su inclinación religiosa, aquí critican, fuertemente, a la iglesia. Lo hacen en una escena en que la madre de Mark, a punto de estirar la pata, se muestra aterrada ante la idea de morir, argumentando que ese será su final definitivo. Entre lágrimas y sufriendo por su madre, Mark tiene una idea. Mentirle y darle a creer en la existencia de la vida después de la muerte, en donde la espera un ser que vive en los cielos, etc., etc. En la película se juega mucho con la idea de Dios, tomándoselo para la burla, e incorporando conceptos, tal vez hasta absurdos que, que yo sepa, no han llegado a formar parte de ninguna de las religiones hasta la fecha, como el de la posibilidad  de que cada uno que muera tenga un castillo propio en el paraíso.
Sobre este aspecto, uno, creyente o no, podrá ofenderse, o en cambio ser, lo suficientemente maduro, como para reírse del asunto y decirse que es sólo una película. Pero eso irá en cada persona.

Mi puntaje: 7/10


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viernes, 23 de diciembre de 2011

"El mal, encontrado por error"

Título: Tucker and Dale vs Evil (Tucker and Dale contra el Mal)
Año: 2010
Géneros: Comedia, Terror
Director: Eli Craig
Guión: Eli Craig, Morgan Jurgenson
Duración: 89min
Reparto: Tyler Labine, Alan Tudyk, Katrina Bowden
Produc.: Reliance Big Pictures, Loubyloo Productions, Eden Rock Media, Gynormous Pictures, Kintop Pictures, Urban Island, Alberta Film Development Program of the Alberta Government, National Bank of Canada TV and Motion Picture Group, T&D Productions

Tucker and Dale vs Evil empieza cuando dos amigos, Tucker (Alan Tudyk) y Dale (Tyler Labine), quienes viven en una zona montañosa de los Estados Unidos, deciden ir a pasar sus vacaciones a una cabaña que tienen en Virginia. A partir de ese momento conocerán a un grupo de adolescentes, quienes, llevados por un gran malentendido, acabarán tomando a estos vacacionistas por psicópatas.
Esta es una película que reune elementos, tanto del terror, como de la comedia, mezclándolos de manera inteligente y divertida, en una especie de "híbrido" de ambos géneros. Incluso, y para el gusto de las damas, hasta tiene sus toques románticos.
Toda la confusión comienza cuando Allison (Katrina Bowden) cae accidentalmente en un arroyo, golpeándose la cabeza contra una roca y cuando está a punto de hundirse, inconsciente, es rescatada por Dale y por Tucker, que la suben a un bote. Sin embargo, uno de los amigos de Allison, viendo a los rescatistas desde demasiado lejos, rápidamente los convierte en criminales. Es así que este grupo de tontos adolescentes iniciará una batalla campal para liberar a su, supuestamente, pobre amiga indefensa, de las manos de los dos, también, supuestos asesinos.
Creo que lo más destacable a mencionar es el cómo los realizadores se las ingeniaron para crear distintas situaciones que, sin ser terrorifícas, en lo más mínimo, lograran parodiar al género del terror, pero sin dejar por eso de brindarnos momentos de buen morbo. En una de las escenas, por ejemplo, vemos a uno de los adolescentes siendo descuartizado... Pero quién hubiera imaginado que verlo morir sería más gracioso que dramático. Y en otra, otro de los jóvenes es, aparentemente perseguido por un lunático con una motosierra, al mejor estilo Leatherface de La Masacre de Texas de Tobe Hooper.
De modo que la sangre aquí abunda, para el gusto de los consumidores de lo macabro. Pero en ningún momento el director se toma en serio lo que está pasando y, una tras otra, las situaciones descabelladas se van encadenando, hasta desembocar en el clímax final.
Quizás podría decirse que el momento más flojo sean los últimos 10 o 15 minutos, en donde ya los guionistas no supieron cómo terminar la historia y decidieron recurrir a elementos más prácticos, sin ninguna clase de giro. No obstante, las pequeñas, aunque reconocibles fallas de su tercer acto, no son lo suficientemente fuertes como para empañar el resto del metraje.

Mi puntaje: 6/10


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lunes, 12 de diciembre de 2011

"Neonazismo en California"

Título: American History X
Año: 1998
Género: Crimen, Drama
Director: Tony Kaye
Guión: David McKenna
Duración: 119min
Reparto: Edward Norton, Edward Furlong, Beverly D’Angelo
Produc.: New Line Cinema, Savoy Pictures, The Turman-Morrissey Company
Presup.: $10 millones aprox.

American History X nos narra la historia de Derek Vinyard (Edward Norton), un neo-nazi de California, que tras asesinar a dos hombres negros que intentaban robar su auto, acaba entre rejas. Cuatro años más tarde, Derek es, finalmente liberado, para enterarse de que su hermano menor Danny (Edward Furlong), quien desde siempre, lo ha admirado, ha estado siguiendo el mismo camino que lo llevó a él a la cárcel.
La película empieza cuando el Dr. Bob Sweeney (Avery Brooks) termina de dialogar con un sujeto y a continuación tiene que llamar a los gritos al desinteresado joven Danny, para que entre, inmediatamente, a su despacho. El Sr. Sweeney está preocupado por él y por el mal ambiente que el chico frecuenta, el cuál lo ha ido desviando de alcanzar metas más productivas.
Sweeney propone a Danny ser su profesor de historia, cuando su objetivo evidente es moldear la mentalidad del chico hacia un ser con inteligencia. Su primera asignatura, le dice Sweeney, será escribir una redacción en la que le hable sobre Derek. En ella Danny deberá comentar sobre su hermano skin-head, todo aquello que él sabe y, también, lo que siente. Por si fuera poco, el plazo de entrega será al día siguiente. Danny le responde con lamentos, aunque se sabe que cumplirá bien con el plazo establecido.
Una vez que hemos conocido a Danny, el director nos traslada hacia su hermano Derek, quien en este momento está por quedar libre. Tras una ausencia prolongada, la idea de que una figura tan amenazante se reinserte en la sociedad, es motivo de alarma.
La presentación de Derek funciona para que entendamos de qué se trata la ideología neo-nazi. Individuos para quienes la población americana de color no es más que una mancha de mugre en el mapa. La película se vale del recurso de la imagen a color, para mostrarnos el presente, y del blanco y negro, cada vez que se recurre al pasado, mediante flashbacks.
Hay tres escenas, fundamentales, que nos permiten entender la mentalidad de un skin-head. Una de estas transcurre en una cancha pública de basketball, en donde Derek reta a un grupo de chicos negros a un partido contra los blancos y cuyo ganador será el nuevo dueño del campo de juego. Los perdedores, por el otro lado, deberán desaparecerse para siempre. Derek demuestra ser un deportista talentoso y los blancos se quedan con la cancha.
Rápidamente, hay una segunda escena en la que Derek y Danny comen en familia, y en donde su odio racista se ve exteriorizado casi hasta el límite. Una cena apacible pierde toda tranquilidad, cuando en un intercambio de opiniones, la coherencia (su madre y demás, presentes) contra la incoherencia (Derek y novia), acaban a los gritos. Histérica y cansada de su hermano y su novia, Davina (Jennifer Lien) se levanta para marcharse, pero Derek la toma de un brazo y hasta le mete comida en la boca, a la fuerza. Afortunadamente, la situación no llega a mayores.
Luego, durante la noche, dos hombres negros (quienes perdieran antes, el campo de juego) intentan robar el auto de Derek, pero ambos acaban pasando a mejor vida y Derek, encarcelado.
Es a partir de su vuelta a la libertad, que la película nos revelará, y de boca del propio Derek, la otra cara de una misma moneda. Porque tenemos a un Derek anterior a la condena, un tipo malo y lleno de rabia, rapado a cero y con la esvástica tatuada en el pecho. Más luego, tendremos a otro Derek Vinyard, completamente reformado y apaciguado, racional e inteligente, y a quien los años de aislamiento han servido para que aprenda a escuchar, a aceptar a los que son distintos y para cambiar su actitud defensiva. Incluso se ha dejado crecer el cabello.
El Derek rehabilitado contará con muy poco tiempo para ponerse al tanto de todo, y de muy escasas oportunidades, para desligar a su hermano de ese entorno, si es que, acaso, puede hacerlo.
American History X es una película repleta de violencia y dramatismo, pero que no están de más, en ningún momento. Es una película que te hace entender algunas cosas, para también meditarlas, con detenimiento. Es una película que cuenta con muy buenas actuaciones, sobre todo la de Edward Norton, quien fuera nominado al Óscar.

Mi puntaje: 9/10


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miércoles, 7 de diciembre de 2011

"Lucas contando lo que ya todos sabíamos"

Título: American Graffiti (Locuras de Verano)
Año: 1973
Género: Comedia, Drama, Romántica
Director: George Lucas
Guión: George Lucas, Gloria Katz, Willard Huyck
Duración: 110min
Reparto: Richard Drefuss, Ron Howard, Paul Le Mat, Charles Martin Smith, Cindy Williams, Candy Clark, Mackenzie Phillips
Produc.: Universal Pictures, Lucasfilm, The Coppola Company
Presup.: $777.000 dólares aprox.

American Graffiti narra las andanzas nocturnas de los adolescentes de Modesto (California), en la última noche del verano de 1962, antes de que deban volver a sus obligaciones. Será una jornada en la que todos quieran salir a bailar, tomar alcohol y pasear en auto, entre muchas otras cosas.
Una de las razones que me llevaron a interesarme por esta película, fue el hecho de que se tratara de un producto dirigido por el mismísimo George Lucas, pero que no fuera Star Wars. La idea de poder disfrutar de un trabajo de este señor, en el que no hubiera naves espaciales o rayos láser, me resultaba tentadora. Y más, cuando en la IMDB (sitio al que recurro mucho) la peli contaba con un 7.6/10, que no es poca cosa.
Ampliando mi descripción inicial, American Graffiti vendría a ser el equivalente de salir a documentar, durante una noche, las idas y venidas de distintos grupos de adolescentes, e ir saltando con la cámara, de personaje en personaje, atestiguando cómo se van dando las circunstancias para cada uno de ellos. El problema que me encontré fue la carencia de un hilo argumental interesante, limitándose a contarnos, cómo viven esas horas, cada uno de ellos.
La película arranca, y tras los créditos iniciales se nos van dando a conocer distintos personajes, que en este caso son en su mayoría amigos entre sí o conocidos, y, luego, cada uno va tomando su rumbo. John (Paul Le Mat), uno de estos, elige salir a pasear en su auto y que sea lo que la noche quiera. Por otro lado tenemos a Steve (un jovencísimo Ron Howard), que a punto de marcharse de la ciudad, entrega su vehículo a su amigo Terry (Charles Martin Smith), para que se lo cuide. En cambio Steve, pasará estas últimas horas con su novia, de quien luego estará distanciado por algunos meses.
A partir de esta premisa, Lucas irá, básicamente yendo y viniendo, mostrándonos cómo le van las cosas a Terry (que se consigue una novia), a Steve y Laurie (que se pelean, para luego reconciliarse), a Curt (que deberá sobrevivir a un grupo de traviesos ladrones) y a John (que se conseguirá una, no muy placentera, compañera de viaje). Es así como se resumen las casi dos horas de metraje, en las que no hay conflictos demasiado llamativos.
Algo que me llamó mucho la atención, fue leer los comentarios de varios fanáticos que daban a la película altas puntuaciones, pero que se notaba que lo habían hecho por sentirse identificados con los sucesos que se contaban, y no, necesariamente, porque la cinta en sí misma les hubiera parecido buena. En este caso, yo mismo podría afirmar que las situaciones abordadas por Lucas resultan, efectivamente, verosímiles, tanto en los años 60 como hoy. No obstante, creo que por mucho que uno tome elementos de lo cotidiano para armar una película, nunca puede olvidarse de que no basta con mostrarnos lo que ya todos conocemos de la diaria, sino que es necesario contar con algo que le sume un plus de atractivo a las historias. Porque está muy bien querer transmitir en la gran pantalla los sentimientos de la juventud, que desea divertirse, pero... ¿Y el conflicto?  Sin un conflicto que nos atrape, ¿qué nos mantendrá sentados en las butacas?

Mi puntaje: 3/10


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